#PUNTOLEGAL Los pasos que faltan en la discusión legislativa respecto a la protección de los animales y el medio ambiente

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Al hacer un balance hoy en día respecto al trabajo legislativo, destacan diversos proyectos de ley que actualmente están siendo discutidos en diversas comisiones del Congreso o están listos para ser votados en la sala con el afán de continuar su trámite legal. La prohibición de las carreras de perros galgos a lo largo del territorio nacional, declaración de los animales como seres sintientes, aumento de las penas asociadas al delito de maltrato animal y el fin del testeo animal para productos cosméticos son algunas de las iniciativas que actualmente se están discutiendo. 

Frente a este escenario, puntualizan los expertos, el trabajo legislativo debe centrarse en el estatus jurídico de los animales apuntando a que estos sean declarados seres sintientes, perfeccionamiento y profundización de la normativa existente asociada a la persecución del delito de maltrato animal y, finalmente, desarrollar leyes que abarquen la protección de los otros animales, como pueden ser los acuáticos por citar un ejemplo. 

La prohibición de las carreras de perros galgos es uno de los proyectos actualmente en discusión. Se encuentra a la espera de ser votado por la Cámara de Diputados

Bajo este contexto, el abogado José Binfa, de la Fundación Abogados por los Animales (APLA), señaló: “una de las prioridades legislativas, para nosotros como fundación, debe ser la modificación del estatuto jurídico de los animales, pues los animales no son muebles y merecen el estatus de seres dotados de sensibilidad, acorde a la realidad, a las nuevas tendencias del derecho comparado y a los avances científicos en materia de neurociencia. Consiguiendo una reforma de este tipo, lo lógico sería adecuar el resto de la legislación para erradicar aquellas formas de explotación hacia los animales que la sociedad actualmente no tolera, como por ejemplo las actividades seudo deportivas o espectáculos que involucren animales (rodeo, carreras de perros y circo con animales, por ejemplo) y el testeo industrial en animales. Además, será necesario ajustar otras leyes vigentes a este nuevo estatuto, como por ejemplo ley de copropiedad o la ley de tránsito, normativas en las cuales la protección animal no está incluida y permite situaciones que no se condicen con una sociedad respetuosa de los derechos de los animales”, reflexionó Binfa.

Si bien los especialistas reconocen que durante los últimos años se han generado avances en la protección animal, ejemplificado a través de la promulgación de las leyes de Protección Animal 20.380 y de Tenencia Responsable 21.020, todavía quedan pendiente múltiples desafíos. 

A juicio de la abogada María José Chible, presidenta de la Fundación Arca, “la regulación de los animales no humano ha avanzado dentro de los últimos años con las modificaciones penales y la normativa aplicable a los animales de compañía a través de la Ley N° 21.020. Existe varios ajustes que pueden efectuarse en ambas áreas, en materia penal con la incorporación de conductas agravantes, la prohibición expresa de la zoofilia o del tráfico sexual de animales, o la incorporación expresa del animal no humano como víctima, entre otros; o bien, en materia de tenencia responsable, con la incorporación del concepto de convivencia responsable, mejor regulación a la eutanasia, la prohibición de compra y venta de animales de criadero, una regulación de la esterilización enfocada en el bienestar de la mascota como individuo por sobre la regulación de la esterilización como política pública sanitaria, la incorporación del animal de compañía en la regulación de la familia, y por supuesto, una regulación más detallada de las otras especies que son animales de compañía sin ser perros”, comentó Chible, quién además es Magíster en Derecho Animal y Sociedad de la Universidad Autónoma de Barcelona. 

Una prioridad legislativa, acotó la jurista, debería enfocarse en “revisar la protección de los animales de otras áreas de la sociedad. Así, un primer enfoque debe ir dirigido a la modificación constitucional que incorpore, siguiendo ya la experiencia comparada, la protección del animal y el resguardo de su bienestar como un pilar de la sociedad, tanto actual como parte de una política pública a largo plazo, incorporando el bienestar animal como un factor clave dentro de la creación de políticas públicas y entregándoles así a los animales un espacio indirecto de representación política; y luego en la modificación de la naturaleza del animal no humano, dejando atrás el concepto de cosa mueble”, agregó la representante de la Fundación Arca.

De ésta manera, la protección de los animales silvestres tendría que ser una de las preocupaciones del poder Legislativo, esto porque “la protección del animal no humano silvestre está siendo dejado atrás. La regulación medioambiental tiene que comenzar a recoger los intereses de los animales no humanos que se desenvuelven en aquellos ecosistemas como un factor clave de la ecuación de protección; una modificación al corazón de la regulación de la caza y captura debe efectuarse como prioridad; la regulación de los zoológicos debe transformarse de manera inmediata, de la mano de la creación de un sistema de conservación y rescate que a nivel regional se haga carga de la fauna de nuestro país y su bienestar, como igualmente, que otorgue un espacio de descanso para los animales no humanos que son utilizados en formas de trabajo que atentan contra su óptimo nivel de vida, y que deben ser reubicados; terminando, por una revisión urgente de la protección especial de las aves y animales marinos, sus ecosistemas y estilos de vida”, dijo la abogada María José Chible. 

En tanto,el abogado Diego Plaza Casanova, Director Ejecutivo del Centro de Estudios de Derecho Animal, argumenta que es necesario trabajar en términos legislativos las actividades de la agricultura y acuicultura industriales de animales. Lo anterior, porque ellas son “responsables de problemas complejos y silenciosos. Atendido a que estos afectan al medioambiente y a una gran cantidad de animales humanos y no humanos, es prioritario que sean abordados legislativamente.   Los animales de granja están excluidos de las protecciones bienestaristas generales y son objeto de prácticas usuales y crueles que se encuentran normalizadas. La situación más grave se produce en las operaciones concentradas de alimentación de animales (CAFOs), en donde éstos son engordados, medicados y confinados. Estos establecimientos son responsables no solo de un gran sufrimiento para los animales sino también de contaminar el aire, agua, suelo y sub suelo de las comunidades aledañas”, señaló el abogado Plaza.

En el caso de la “acuicultura chilena existe un uso indiscriminado de antibióticos: mientras en Noruega se utilizan 0.17 g. de antibióticos por tonelada de salmón, en Chile se ocupa hasta un kilogramo. Esto contamina el medio acuático y contribuye al desarrollo de superbacterias resistentes a los antibióticos que afectan a animales humanos y no humanos”, puntualizó Plaza sobre la temática.

A la larga, todavía nos queda mucho camino por recorrer para concretar normas efectivas y concretas a favor de nuestros animales, proceso en el cual todos podemos colaborar.