Cuando hablamos en torno a los gatos, una de las cualidades que sobresale alude precisamente a las largas horas de sueño y de las cuales un porcentaje no menor las viven arriba de sus humanos o muy cerca de ellos instalándose, por ejemplo, por detrás de los computadores o encima de carpetas y/o libros. Frente a este escenario, surge la pregunta de ¿por qué lo hacen?, la cual responderemos en esta nota.
De acuerdo a los especialistas, las razones que explican dicho comportamiento se asocian a búsqueda de seguridad al momento de la vigilia, localizar calor y entregar cariño a sus tutores. En el caso de lo primero, una de las características de los gatos es su instinto de supervivencia, heredado del Felis silvestris lybica (el primo silvestre de todos nuestros felinos domésticos), por lo cual para ellos es clave encontrar un lugar seguro al momento de descansar y, bajo esa lógica, piensan que arriba de su humano o en su cuello hallarán lo que estaban buscando.
Es importante comentar, asimismo, que la temperatura promedio de un gato es de 38,8° grados, más alta que la nuestra, viéndose en la necesidad el animal de buscar fuentes de calor para mantenerla y eso explica, por ejemplo, el porque es común encontrar a los felinos en las zonas más calurosas de sus hogares. Bajo este contexto, al dormir arriba de las personas los felinos, a la larga, absorben el calor corporal que emanan los individuos.
También el dormir arriba de sus humanos responde no sólo a una acción afiliativa de los gatos ( se expresa entre felinos que se llevan bien y se consideran familia) sino también a un interés de ellos en cuanto a ayudar a sus tutores, especialmente cuando los notan tristes o muy bajoneados anímicamente. A su vez, hay gatos que les encanta dormir pegado a tu cuello o cabeza y eso se explica por las llamadas glándulas sebáceas: estas proporcionan un olor distintivo a la persona y es muy agradable para el gato, le da tranquilidad absoluta.
A juicio de los expertos, no hay ninguna dificultad de compartir la cama con nuestros gatos pues humanos y animales se verán no sólo beneficiados sino también ayudará a fortalecer el vínculo entre ambos. La dificultad radicaría si el gato es muy activo en las noches dificultando el dormir de su tutor, escenario en el cual un etólogo veterinario puede apoyar para que todos sean felices sin dañarse ninguna relación.
