Al hacer un balance del proceso constituyente y las elecciones, un elemento que destaca es el apoyo que dieron más de 500 candidatos a la Convención Constituyente para la inclusiónd e los derechos de los animales en la Carta Magna. Una cifra auspiciosa, lograda en el contexto de la campaña No son muebles impulsada por Vegetarianos Hoy y la Fundación Abogados por los Animales (APLA), pero la cual a su vez nos plantea la interrogante de ¿cómo llevar a la práctica el apoyo declarado y así lograr las metas propuestas?.
Bajo este contexto, creemos que es clave no sólo activarnos políticamente como movimiento de la protección animal sino también hacer un activismo informado, manejando especialmente el denominado lenguaje técnico para darle más sustento a nuestros planteamientos.
Cuando hablamos de activarnos políticamente, nos estamos refieriendo a entender que cómo activistas ejercemos una labor dónde buscamos hacer comprender a un otro que los animales sons eres sintientes y merecen respeto. Una labor diálogica que busca convencer sobre una determinada posición y lo cual la hace política por sí sola, en el sentido de que la política alude a los asuntos de un conjunto de individuos en un lugar determinado.
Teniendo claro lo anterior, es menester relevar la importancia de que el activarse políticamente también considera el postular a los cargos de elección popular, ya sea en el poder legislativo o gobiernos comunales. Esto, porque así se podrá luchar por los derechos de los animales en todos los escenarios, no olvidando, por cierto, el accionar de la sociedad civil.
Asimismo, otro elemento clave es menajar los lenguajes técnicos y emocionales, pues, sin lugar a dudas que a todos nos indigna los diversos actos de crueldad animal hacia los animales y podemos coincidir en lo hermoso de ellos, mas para posicionar los derechos de los animales en el espacio público necesitamos manejar, por ejemplo, la normativa que los protege y qué dice la ciencia sobre la sintiencia animal. De ésta manera, se le da contenido concreto a nuestra defensa de los animales.
En definitiva, pensamos que el camino a seguir en lo referente al animalismo, tras las elecciones de mayo, es activarnos políticamente como movimiento, basando nuestro actuar en un discurso que entremezcle el lenguaje técnico y emotivo, apuntando a trabajar en equipo y no olvidar que nuestros amigos peludos son el centro y no los dilemas humanos. Sólo así avanzaremos en la protección de los animales.
