Es tradición de los chilenos celebrar Fiestas Patrias con típicas comidas como asado, empanadas, anticuchos, entre otras. La idea es compartir con la familia y amigos e incluso nuestros animales no humanos , pero aunque asociamos las festividades con consumir distintos alimentos, para nuestros perros y gatos es diferente.
Para los animales la comida sólo les sirve para saciar el hambre, mientras que su felicidad depende de los juegos y paseos que le entreguen sus amos. Además, por supuesto, se debe priorizar su buena salud y por eso no deben celebrar las festividades comiendo como los humanos.
La principal razón para afirmar lo anterior, explica Francisca Montero, médico veterinario de Royal Canin, es que podrían sufrir trastornos digestivos y también de conducta. En efecto, es probable que el perro se instale junto a la parrilla, pero no lo hace por apetito, sino que porque en su mente animal este acto significa obtener un rol importante en el grupo.
“El perro no pide comida porque tenga hambre, sino para probar que puede acceder al estatus del dueño (dominancia o jerarquía social) compartiendo su comida, ya que en la jauría los miembros dominantes comen primero”, aclara la profesional.
Algo semejante pasa con los gatos. Es probable que se acerque a su amo y le maúlle. Pero no lo hará solo por la comida, sino que aprovechando un momento propicio para obtener muestras de cariño. “Si el amo le da comida, el felino lo interpretará como una recompensa a su comportamiento y los maullidos se intensificarán”, explicó.
Agregó que “en la naturaleza no lo hacen entre sí o entre los de su misma especie, ellos aprendieron a emitir sonidos y han ido evolucionando para comunicarse con nosotros los humanos. Es por eso que hoy los gatitos nos maúllan cuando quieren salir, pedir comida o simplemente están aburridos, es para llamar nuestra atención”, indica la médico veterinario.
Los alimentos tóxicos
Los restos de asado no son un premio para nuestros animales , de hecho pueden significar un gran peligro. “Nuestra flora intestinal es mucho más variada que la de nuestros animales, por lo que podemos digerir distintos tipos de alimento sin enfermarnos, a diferencia de ellos”, advierte Francisca Montero.
La ingesta de comidas como longaniza o trozos de empanada puede causarles serios problemas digestivos tales como vómitos y diarrea, que obligarán a sus amos a llevarlos a la consulta veterinaria, ya que la cebolla como otros ingredientes son tóxicos para ellos.
Si el perro o gato recibe carne, embutidos, mayonesa, papas o frituras, sufrirá múltiples signos asociados a una mala digestión, como dolor abdominal, vómitos y diarreas que pueden ser sanguinolentas. Como consecuencia, sufrirá decaimiento, deshidratación y anorexia. “Si los síntomas no se controlan tempranamente, es probable que sea necesario visitar al médico veterinario para que prescriba un tratamiento y la dieta adecuada, llegando incluso a hospitalización en casos graves”, señala la especialista.
Tampoco los huesos resultan adecuados. “En general nuestras mascotas, especialmente los perros, no deben consumir huesos de ningún tipo, debido a que éstos pueden provocar obstrucciones intestinales, perforaciones en el paladar, el hocico, en el estómago, en el recto, o bien, dañar las mucosas del tracto digestivo”, concluyó la profesional de Royal Canin.
