Tiburón de 243 kilos varó cerca de las costas de Tocopilla

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Durante la jornada de este martes pescadores de la Caleta Indígena, cercano a la comuna de Tocopilla en la Región de Antofagasta, hallaron en los roqueríos un tiburón perteneciente a la especie mako que había varado en la zona. Según se informó, una de las características de este animal es, precisamente, su gran tamaño que se estima de tres metros aproximadamente.

El hallazgo del animal fue realizado por Camilo Noel y el tiburón pesó 243 kilos, de acuerdo a lo acotado por el sindicato de pescadores de la caleta antes citada.

Para los especialistas, la noticia es sorprendente pues la especie de tiburón es de tipo oceánico, o sea, rara vez se ve en la costa  y al fallecer lo hace mar adentro: se va al fondo del mar o en caso de lograr flotar,  generalmente se lo comen otros animales marinos.  A causa de lo anterior, los restos del animal fueron retirados por expertos del laboratorio especializado en tiburones de la Universidad de Antofagasta.

De ellos se indagarán la cabeza del animal y sus órganos, mientras el resto de las partes del cuerpo fue enterrada en una zona segura para precisamente evitar riesgos sanitarios tanto para las personas como el resto de los seres vivos.

Cabe señalar que actualmente hay 102 especies de tiburones en nuestro país, dividiéndose de la siguiente manera: 56 son tiburones, 42 rayas y cuatro quimeras. La zona de Caldera es donde se concentran estos animales, afirman los expertos, y su importancia es clave pues ayudan con el equilibrio del ecosistema en su conjunto.

En este sentido, el Programa de Conservación de Tiburones de Chile de la Universidadd e Antofagasta señaló: “al prevenir que una especie monopolice un recurso limitado, los depredadores incrementan la diversidad de especies de un ecosistema. Es decir, más depredadores generan mayor biodiversidad. Si comparamos áreas con y sin depredadores tope, podemos observar que los tiburones proveen una mayor diversidad de especies y altas densidades de individuos, mientras que áreas sin éstos experimentan la ausencia de algunas especies. Sin un depredador tope, existe la posibilidad de que algunas especies cambien sus hábitos, lo que lleva a que los herbívoros sobreexploten la vegetación y se incremente la competencia, lo que finalmente afecta la riqueza y abundancia de especies dentro del sistema. Los depredadores tope de esta manera, son un componente necesario para mantener un ecosistema lleno de diversidad y vida”, indicó la institución académica.

A la larga, el hallazgo del tiburón mako en las costas de la Región de Antofagasta no sólo nos ayuda a visibilizar la realidad de los tiburones de Chile sino también le abre a la ciencia un sin fin de interrogantes que respondiéndolas, con el pasar del tiempo, ayudará a comprender las dinámicas de los animales mar adentro en un contexto marcado por el cambio climático.

Producción: Omayra Méndez.