#TENDENCIAS Macarena Abarca y su lucha por empoderar a las mujeres en el mundo de la robótica

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Cuando hablamos del mundo de la robótica, se nos viene a la mente hombres participando en dichas acciones principalmente, realidad que con el pasar de los años, felizmente, ha ido cambiando. Proceso que no ha sido fácil, dónde los prejuicios muchas veces juegan en contra, como lo demuestra la historia de Macarena Abarca, quien a sus 19 años lucha por empoderar a las mujeres en la robótica. 

Desde pequeña Macarena se mostró interesada en las ciencias como campo disciplinar, conociendo con el pasar de los años nuevos contenidos e historias que la adentraron en el ámbito. Hoy en día se define como “una mujer activista por los derechos de la mujer y también por el reconocimiento de la mujer en las STEM – que la sigla es de ciencia, tecnología, ingeniería y matemática, donde yo me centro más en la parte de ingeniería y tecnología-. Una mujer que, como cualquiera, también ha pasado por muchos momentos de discriminación y que dentro de estos mismos momentos  ha encontrado su lucha para poder hacer que ojalá a ninguna otra niña más le pase: “desde la rabia y la pena de vivir rechazos, de vivir menosprecios que es tan común en el área de la ciencia; lo tomé, le di la vuelta a eso y lo hice como mi bandera de lucha en cierta parte. Además,me podría definir como una persona super resiliente, muy trabajadora y apasionada por lo que encuentro que es lo justo”, puntualizó Macarena Abarca, estudiante universitaria y embajadora de Tremendas, en conversación con epanews.cl. 

El interés por la ciencia, cree Macarena, surgió por influencia de su padre, además de una iniciativa propia de ella. Lo anterior porque “tuve la suerte de que mi papá estudiara ingeniería, desde chica me enseñaba y mostraba cosas científicas: veíamos peleas de robots con él o no sé, viendo  lo que hacía en su trabajo – porque el antes, ahora  ya no,  trabajaba en un tema que le apasionaba mucho cómo las energías  renovables-. Entonces siempre estaba ese tema  de la energía sustentable, ya no me acuerdo mucho porque me enseño cuando muy chica, pero que me  llamo mucho la atención de que se pueden crear cosas, cosas que funcionan y que es posible poder crear y ser parte de ese mundo”, sostuvo Abarca. 

Cuando Macarena estaba en séptimo básico, se formó un club de robótica en su colegio, ella quería sumarse y, a pesar de ello, fue rechazada su incorporación. ” Cuando yo quería entrar al taller de robótica fui  discriminada y no me dejaron entrar como por ninguna razón, el profe me decía que era porque yo no sabía como programar, armar robots y yo si sabía. Y después me di cuenta de que no había ninguna mujer, todo era muy sospechoso, pero en 8vo básico me termine metiendo como a la mala, iba al taller igual y no me importaba, hasta que el profe dijo como que ya bueno, ya entro, como que no hizo reparo”, agregó Macarena. 

El comienzo de Macarena como activista 

A juicio de Macarena, el rechazo inicial, de parte de los profesores, para ser parte del taller de robótica marcó el inicio de su activismo social. 

“Cuando chica, era  muy respetuosa con los profesores y según  yo, como que los profesores gracias a ellos yo sé todo y como que  ellos tienen la palabra final, como que  yo pensaba mucho eso cuando chica  y siempre que un profesor me decía que yo era tonta,  como que no le cuestionaba. Entonces que ese profesor me haya hecho algo así, me hizo sentirme como la niña más tonta del mundo y que porque  no sabía programar y  armar un robots si era algo tan obvio según él y el tema es que desde ahí no fue fácil tampoco porque  después de eso, paso un año en el cual hice varias cosas y en ese mismo  año yo encontré una Fundación que se llama Girls in Tec. Yo les conté esto de que el profesor me había dicho  que no y que  era algo que me frustró demasiado, que hizo que no quisiera hacer nada, pero igual me  atreví en cierta parte a preguntarles por  si acaso y que podía hacer, si podía recibir ayuda de ellas, si ellas  me podían enseñar a programar para  poder ser parte de ese  equipo y al final:  no sólo me enseñaron  a programar, me hicieron parte de ellas y me entregaron algo mucho más valioso  que era el empoderamiento femenino mostrándome ejemplos de mujeres que son chilenas  y han estado en esta misma área sin necesariamente venir por ejemplo, de un contexto  privilegiado donde se pueden tener los recursos como para poder ser  parte. Hicieron que yo me atreviera a  reclamar mi lugar que me merezco  por simplemente  existir en las ciencias, como que yo aunque no sepa, no  tenga las mejores notas o quizás no sea lo que el profesor  quería, igual merezco la oportunidad de probar y ser parte de esta área y al final gracias a eso yo me atreví y me metí  igual y al final el profe igual acepto que fuera parte porque no me iba a ir de ese lugar aunque me dijera que me fuera. Entonces, como que de ahí de a poco que me creí más el cuento de lo que yo podría ser porque en ese tiempo todavía no era nada, me lleve el kit a la casa, practique sola y al final termine siendo la capitana del equipo, la programadora, la líder en el tema del diseño del robots, entonces ahí le di vuelta”, dijo Macarena. 

Macarena junto a Valentina Flores, quién está a la derecha

Durante su educación media, Macarena siguió participando en diversos equipos de robótica, como es el caso de Los Chilis, de la FIRST Robotics Competition, y también al Team Chile, que representa a países  en la competencia FIRST Global Challenge. “Estuve en esos  equipos, llegamos al mundial, sacamos un segundo lugar contra todos los gringos, fue una  cuestión impresionante y de ahí como que  empecé a ir hacia arriba  arriba y empecé a cachar que no solamente importaban como los logros personales sino también poder  entregar como todo ese tema de que  tu pudiste lograr, poder compartirlo con mas personas y poder darle esa oportunidad a mas niños y a más niñas, especialmente a mas niñas que son las que menos reciben estas como oportunidades”, señaló Macarena al respecto. 

Si bien a lo largo de su estancia en los diversos clubs de robóticas, Macarena tuvo experiencias emocionantes, también debió vivir situaciones desagradables asociadas al machismo, al igual que muchas mujeres. “La lata era que mujeres usualmente no hacían el trabajo mecánico ni cosas así, sino que las tiraban mas para las acciones de escribir ensayos, realizar presentaciones o el tema de buscar auspiciadores, de hablar sobre el equipo, pero no mucho el tema de hacer las cosas como del robot. Siendo mujer estás como en el ojo del huracán, bajo la vista de todos de lo que  haces mal como que se nota 3 veces más, entonces, aparte sin considerar  como los compañeros  machistas que no se dan cuenta  que son machistas, pero hacen practicas totalmente violentas; es complicado  y de hecho es una  de las cosas por la cual gran parte de las niñas  en ciencias  son  activistas”, comentó la embajadora de Tremendas. 

Ya en la universidad, donde estudia el plan común de Ingeniería, el sueño de Macarena es combinar lo científico con el activismo social en el contexto de su ejercicio profesional. “Siempre he tenido la cabeza desde chica he estado en este tema de fundaciones, de activismo, como que me gustaría a mí misma cuando grande tener una fundación y poder ser como soporte de estos proyectos de gente adolescente y de niños para poder entregar apoyo, ya sea como mentoría, plata, auspicio y cosas así. Tener un mentor es algo que de verdad que cambia como uno crece, como uno ve las cosasy de paso poder alivianarle a una Maca chica el tema como que de verdad me haría muy feliz y al final es devolver la mano”, dijo Macarena, quien además busca el cuidado del medio ambiente y la protección de los animales en su día a día. 

En este proceso de activismo y trabajo científico, una experiencia que destaca Macarena es su participación en Tremendas, ONG dedicada a incentivar el trabajo y activismo de niñas y adolescentes en temáticas culturales, científicas y del medio ambiente. “El  poder crear esta comunidad de mujeres, como Tremendas, es algo power y muy motivante  inspirar a mujeres que todavía no han accionado o empezado a accionar a ser parte; al final se puede partir desde cualquier edad,  como que no es necesario ser un adulto y tener tu vida resuelta para poder como devolver la mano a la sociedad”, puntualizó Macarena. 

El mensaje final de Macarena es que las mujeres se crean el cuento, no cuestionando sus propios logros que con esfuerzo y pasión lo pudieron alcanzar. ” A las mujeres les cuesta mucho poder reconocer el mérito  y las cosas que hacen  es por su esfuerzo propio y porque se lo merecen y no es porque se lo ganaron por suerte. Siento que igual pasa, a mi me sucede todavía, dentro del tema de poder llegar a decir que soy activista fue un camino super largo como de vergüenza: van a decir que esto es mentira, todas estas cosas que he ganado y he logrado hacer es por solamente suerte y  estar en el lugar justo en el momento  donde se dio la oportunidad; yo de verdad me esforcé, en verdad  como que estoy trabajando para poder ser algo y no ninguna mentira de por medio. Como que es súper difícil ese tema, entonces, lo encuentro super importante y tampoco se habla tanto”, concluyó Macarena. 

A la larga, la historia de Macarena nos demuestra que, sin importar la edad, todos desde chicos podemos jugarnos para alcanzar nuestras metas y proyectar aquello desde una perspectiva social para ver el aporte de esto al grupo en el cual me encuentro inserto. Para la construcción de un mundo mejor que involucre a todos los seres vivos del planeta , debemos todos aportar a ello cada uno de nosotros desdee nuestras capacidades e individualidades. 

Producción: Rocío Sacha y Belén Villalobos.