#MAGALLANES Autoridades a nivel local y nacional evalúan el primer año del proyecto que busca preservar la biodiversidad de la Patagonia

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A un año de la implementación del Proyecto GEF Castor, sus principales socios se reunieron en Punta Arenas, para evaluar las acciones realizadas a la fecha, revisar los avances en materia de investigación, y establecer los desafíos para los próximos años. “Tenemos tres años de trabajo por delante, en los cuales buscaremos desarrollar capacidades que permitan una adecuada gestión del riesgo de invasiones biológicas a fin de proteger nuestro patrimonio natural, con acciones que aseguren su eficacia y permanencia en el tiempo”, dijo Charif Tala, director del Proyecto GEF Castor y jefe del Departamento de Conservación de Especies del Ministerio del Medio Ambiente.

El “Proyecto Fortalecimiento y desarrollo de instrumentos para el manejo, prevención y control del castor (Castor canadensis), una especie exótica invasora en la Patagonia chilena”, busca establecer la mejor estrategia para gestionar la población de castores en la Patagonia y con ello prevenir su expansión hacia el norte del país y el resto del continente. “Esta especie exótica invasora es una amenaza importante para estos ecosistemas que es fundamental conservar. Los costos son principalmente ambientales, pero también hay costos económicos y sociales, que por ahora se están estudiando”, señaló Eve Crowley, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Chile.

Diversidad de actores y experiencias

La reunión contó con la participación de representantes de los socios ejecutores del proyecto: el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), la Corporación Nacional Forestal (CONAF), y la ONG Wildlife Conservation Society (WCS); además del organismo ejecutor, el Ministerio del Medio Ambiente, y la agencia implementadora, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). “Lo más importante de este comité directivo es que involucra a muchos actores, y cada uno tiene información y experiencia valiosa, por lo que estamos tratando de unificar toda esa información en un sistema de monitoreo integrado, que también podrá contar con insumos aportados por los ciudadanos”, indicó Eve Crowley.

El director del Proyecto GEF Castor insistió en la necesidad de preservar los ecosistemas únicos de la Patagonia: “La razón de controlar al castor no es porque tengamos una animadversión con el castor. Lo que queremos hacer es recuperar nuestros ecosistemas patagónicos, ya que la Patagonia es vista como uno de los lugares prístinos de este planeta a nivel global. Si permitimos que el castor siga avanzando y no somos capaces de recuperar y revertir la situación, probablemente el desarrollo turístico que tiene la región se va a ver fuertemente obstruido. Tenemos que entender que controlar castores y escalar hacia una erradicación, es en beneficio del planeta, que puede venir a deleitarse y disfrutar con las maravillas que tiene esta región”.

El Seremi del Medio Ambiente, Eduardo Schiappacasse, manifestó la importancia de controlar a esta especie para resguardar la biodiversidad. “El castor es una especie exótica que ha invadido extensas áreas de la Región de Magallanes y La Antártica Chilena, afectando gravemente los ecosistemas y los servicios asociados. Consideramos importante controlar a esta especie exótica invasora y evitar que siga expandiéndose por el territorio hacia el norte, con consecuencias negativas sobre la biodiversidad, los ecosistemas y la sociedad. Nuestro foco principal es el cuidado de nuestros ecosistemas naturales”, indicó.

Proyecto piloto

Entre los temas abordados en la reunión, fue el estado de avance de uno de los proyectos pilotos, en la cuenca del Río Marazzi, en Tierra del Fuego, que tiene como objetivo validar y desarrollar metodologías de trabajo para propietarios privados, y obtener datos específicos a partir de las capturas, tales como las características del sitio, apoyo logístico requerido, días de trabajo, posicionamiento con GPS de recorridos y madrigueras. Otra de las labores considera la destrucción parcial de diques construidos por castores, con el fin de restaurar el caudal de los chorrillos afectados.

“Un solo castor es capaz de matar 200 árboles de lenga, o echar abajo una lenga de cien años, doscientos años o quizá más. Un árbol de 40 centímetros de diámetro debe tener entre 80 a 100 años, pero en dos o tres noches el castor lo echa abajo. Quinientos años de bosque destruidos en un ratito”, cuenta Edgard Cárcamo, uno de los seis jóvenes que integran el equipo que trabaja en el control del castor en el Río Marazzi, y agrega: “Somos un grupo reducido, nadando contra la corriente, pero tratando de hacer algo que es necesario”.

Para el Proyecto GEF Castor, contar con el apoyo institucional es de suma importancia. “No basta solo con entender los impactos que genera el castor y cómo se ha tornado una grave amenaza para nuestro patrimonio natural, sino además es necesario reconocer que tenemos brechas en gestión ante este tipo de problemáticas y trabajar para avanzar en una gestión efectiva”, finalizó Felipe Guerra, coordinador del Proyecto GEF Castor.