Uno de los elementos que destaca del proceso constituyente dice relación con los escaños reservados para el pueblo mapuche, donde son 7 los candidatos y entre los cuales se encuentra Ingrid Conejeros. Ella es madre de tres hijos, profesora básica, educadora diferencial y desde el año 2017 asumío la vocería de la Machi Francisca Linconao, quién fue imputada por el Ministerio Público producto de su supuesta responsabilidad en el incendio que conllevó la muerte del matrimonio Luchsinger-Mackay durante el año 2013.
Si bien Ingrid nació en Santiago, la conexión con las raíces indígenas fue una constante a lo largo de los años. “Mis padres migraron del campo a la ciudad buscando mejores expectativas laborales, como lo ha hecho gran parte de la juventud indígena y campesina. Viví casi toda mi infancia en la comuna de Pudahuel junto a mis hermanos y padres obreros, entre la vida de escuela, el barrio y nuestras vacaciones en el campo del Wallmapu, en Galvarino y Purén. Supimos que pertenecemos a un pueblo que era distinto al chileno cuando vimos que los apellidos de mi padre y abuelos tenían un significado”, comentó Ingrid Ceballos.
Durante sus años de estudiante en el liceo Darío Salas y la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE), ex Pedagógico, las vivencias con la cultura mapuche fueron una constante. “Ahí se forjaron mi amor por la pedagogía, valor por el trabajo colectivo y vocación social y cultural”, recordó la docente que ha ejercido desde hace más de 20 años en espacios educativos tradicionales e interculturales, de áreas rurales y urbanas, en las regiones Metropolitana, del Biobío y de la Araucanía, constatando “las graves deficiencias que presenta el modelo educativo actual, viviendo en primera línea las necesidades de mejoras para los docentes, estudiantes y comunidades escolares”, acotó la candidata.
Además de su trabajo profesional, ha integrado diversos colectivos culturales y sociales, entre ellos la escuela de Arte Textil Mapuche Adllalin, en cuya fundación y organización participó el año 2007, participando además de una exposición itinerante realizada en Oaxaca, México; el Centro Cultural Fentxen Mañun; la biblioteca mapuche autogestionada “Mogeleaiñ Kimun”; y el colectivo de tejedoras mapuche urbanas “Ñeren pu follil”, que conectó a distintas mujeres mapuche de Temuco y otras comunas para revitalizar el quehacer ancestral del witxal.
En materia de defensa de derechos humanos, su rol se hizo más público cuando asumió la vocería del caso de la machi Francisca Linconao, conectándose con organizaciones nacionales y extranjeras, brindando además permanente apoyo a familias que han vivido, según acusan, vulneración de sus derechos.
Precisamente su candidatura, explicó Ingrid, surgió desde el interés de diversos colectivos territoriales, organizaciones y personas que le propusieron ser parte del proceso constituyente. “Agradezco el apoyo y la confianza que me han entregado, porque mi experiencia, vivencias, los análisis y reflexiones han sido colectivizados en lo cotidiano, así como también este proyecto, que si bien tiene una base de propuestas, está siendo continuamente nutrido por diversos diálogos, ya que creo que la gestión pública debe ser guiada por los pueblos y para los pueblos”, reflexionó al respecto Ceballos.
Consultada por la base del trabajo que desarrolla, indicó que se trata del Yamuwün, concepto mapuche que refiere al respetuo mutuo entre quienes habitan un territorio.
Respecto al programa de su candidatura, indicó que se plantea “teniendo como punto de partida la urgencia histórica que tienen los pueblos originarios en operacionalizar de manera estructural en la nueva constitución sus derechos políticos a la libre determinación como pueblo nación preexistente al Estado chileno”, es decir, reconociendo el despojo territorial y a la responsabilidad que tuvo precisamente el Estado en actos de genocidio y crímenes de lesa humanidad que afectaron a los pueblos originarios, en este caso al pueblo mapuche.
Los puntos de su programa son: demandas ancestrales del pueblo mapuche, reconocimiento de la preexistencia de los derechos de los pueblos, autonomía y libre determinación; plurinacionalidad con derechos educativos, lingüísticos y a la comunicación; salud originaria intercultural; justicia intercultural y pluralismo jurídico; democracia intercultural; y mujer originaria y género.
El medio ambiente y sus problemáticas
Otro tópico abordado en la candidatura de Conejeros corresponde a las problemáticas medio ambientales, donde propone que en la Nueva Constitución se respete a la naturaleza.
“La actual constitución que rige a nuestro país aborda de manera insuficiente los derechos del medio ambiente, ya que enuncia el derecho a vivir en un ambiente libre de contaminación y que el Estado debe velar para que este derecho no sea afectado. Esto en lo concreto no ocurre, puesto que muchos espacios de gran riqueza natural y biodiversidad se ven afectados por estar en manos de privados que lucran con el patrimonio natural en desmedro de comunidades que sufren el deterioro de sus espacios naturales que les permiten seguir desarrollando su forma de vida.
Un ejemplo muy grave de este abandono por parte del estado es el manejo del agua, pues se ha entregado propiedad privada sobre uno de los elementos vitales para la vida, lo cual se contrapone con la posibilidad de las propias comunidades de acceder, resguardar y ver la administración de dicho elemento, mientras que los monocultivos de grandes empresas obtiene dicho elemento, teniendo como consecuencia una grave falta hídrica en innumerables comunas del país. Esta es una de las demandas principales para todos los sectores que se han manifestado en contra de la actual constitución y el mal manejo político para desarrollar leyes que favorezcan el resguardo de nuestro medio ambiente”.
-La cultura mapuche, entre sus preceptos, habla de la pachamama como un todo entre el ser mapuche y la naturaleza. ¿Cómo se pudiese reflejar aquello en la Constitución?
“Desde la visión de los pueblos originarios, y el pueblo mapuche específicamente, se considera a la “ñuke mapu”( “madre tierra” en mapuzungun) como un ser vivo que nos da todo. Desde ese pensamiento ancestral debe ser respetada en todas sus formas, así respetamos a la madre que nos da la vida y vemos que debe ser resguardada por sus hijos, todos los seres vivos que la habitamos. Desde esa filosofía de vida pensamos que la nueva constitución debe preservar el “itxofill moguen” (biodiversidad) garantizar el derecho a que las propias comunidades que habitan los diversos ecosistemas sean quienes determinen cuales son las formas adecuadas de protección, resguardo y uso del patrimonio y sea el Estado quien vele porque las autonomías locales ejerzan sus derechos”.
