#EDITORIAL La Convención Constitucional y los desafíos para el mundo de la protección animal

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Durante la jornada de este domingo 4 de julio, día histórico por cumplirse 200 años de la instauración del Congreso Nacional en la aquel entonces naciente República de Chile, se realizó la jornada inaugural de la Convención Constituyente y dónde los 155 Constituyentes juraron y/o aceptaron el cargo obtenido a través de las urnas el pasado 15 y 16 de mayo. Proceso que no estuvo exento de polémicas y manifestaciones, pero más allá de eso es el comienzo de una serie de desafíos que tendremos como país desde una perspectiva general y también como movimiento de la protección animal desde una perspectiva específica. 

En el caso de nuestro país, las grandes tareas que se avecinan apuntan a lograr consensos que nos permitan, por un lado, construir el nuevo Chile que todos queremos con representatividad de todos los actores sociales y respetando el debido proceso, o sea, que haya presencia de Estado de Derecho para que todos tengamos las garantías correspondientes. Además, es ya una realidad evidente para todos que se requiere un Estado que apoye de verdad a vastos sectores de la sociedad en todo sentido y con un criterio amplio, no por tener un título universitario o algún bien raíz como un auto se que es millonario, o sea, en otras palabras necesitamos un Estado más social de carácter técnico  pero, a su vez, que sea sustentable para que todo no termine en una grave crisis económica a causa de que los gastos sean más que los ingresos. 

Respecto a las agrupaciones y los activistas del mundo de la protección animal, nuestro norte es que los derechos de los animales adquieran la categoría de constitucionales,es decir, estén presente en la llamada Carta Magna. Un anhelo por el cual diversas organizaciones han planteado propuestas concretas, como es el caso de las fundaciones Arca y Abogados por los Animales (APLA), mas todavía falta mucho camino por recorrer para llegar a la meta y en aquello se necesita el aporte de todos quienes decimos amar a los animales para actuar en pos de aquellos que no tienen voz. Lo primero es saber trabajar en equipo y sumarse a campañas que vayan en la dirección ya reseñada, dónde todos podamos opinar y de verdad sentirnos representados, pues sólo así lograremos mayor potencia mediática y discursiva en vez de que aparezca solamente una entidad abogando por el tema. 

Y junto con aquello, hoy más que nunca es fundamental la práctica de un activismo informado, pues no basta con aparecer en las manifestaciones portando un cartel que contenga leyendas alusivas a la defensa de los derechos de los animales. Debemos ser capaces de explicar lo que queremos, las normas que existen hoy en día a favor de los animales – favor no decir nunca que por la Ley de Tenencia Responsable se sanciona el maltrato animal, pues es falso ya que lo anterior es delito desde 1989- y los cambios que conllevaría lo propuesto. Sólo así nos vamos potenciando como movimiento y estamos preparados todos si nos toca explicar aquello en una reunión, a la prensa o cualquier otra instancia. 

En definitiva, los principales desafíos que tenemos como movimiento frente a la Convención Constitucional alude a saber trabajar en equipo en pos de un objetivo común y trascendente, además de que todos aprendamos un activismo informado más allá de la formación recibida pues eso es responsabilidad de todos. Sólo así al final del proceso, ya sea en 9 meses o un año más, podremos decir Chile tiene una nueva Constitución y los derechos de los animales están en ella.