Tristeza, indignación e impotencia fueron algunos de los sentimientos que tenían los habitantes de San Miguel durante la jornada de este sábado, tras enterarse de que la casa de un perro comunitario ubicada en la Plaza La Marina había sido retirada por reclamos formulados por el entomólogo Patrich Cerpa en la Municipalidad local. El denunciante acusa de que alrededor del refugio se forma un área de suciedad, situación desmentida por los vecinos.
De acuerdo a los vecinos, el can vive hace un tiempo en la Plaza y se llama Bernardo. Es un perro tranquilo y vive en el lugar, acompañado de dos perritas que al igual que el viven a la espera de una familia y un hogar responsable tras sufrir el abandono y la indiferencia humana.
La casa animaluna si bien pertenece a Bernardo, éste la comparte con las otras perritas. “La casa de Bernardo fue donada por una vecina del sector tratando al can como un perrito comunitario al cual le han brindado atención veterinaria oportuna y tratamiento cuando lo requiere. Es un perrito muy querido de la zona”, acotó un vecino de la zona.
Tras múltiples gestiones, la casa de Bernardo fue recuperada e instalada nuevamente en el lugar; sin embargo, existe preocupación por el futuro del animal en cuanto a las próximas acciones que pueda efectuar Cerpa. ” Se tiene miedo que el personaje termine atentando en contra de Bernardo, por lo que se hace necesario hacer publico este caso como denuncia publica. Cerpa , sin duda, no se quedara tranquilo y buscara nuevos medios para perjudicar ante toda gestión que se pueda hacer en favor de Bernardo”, puntualizaron los vecinos.
A causa de lo anterior están haciendo una campaña con el fin de que sea adoptado. Es un can sociable, de un año y se encuentra desparasitado; si deseas adoptarlo te debes comunicar con el fono +56999990191.
¿Cuáles son los derechos de los perros comunitarios?
Bernardo, al igual que cientos de otros animales, es un ejemplo de un perro comunitario que es abordado en la Ley de Tenencia Responsable 21020. De acuerdo a la normativa, el perro comunitario es el “perro que no tiene dueño en particular, pero que la comunidad alimenta y le entrega cuidados básicos”, se indica en la normativa.
Los perros comunitarios viven en un espacio de carácter nacional y el cual es de uso público, la comunidad de vecinos pasa a ser la dueña del animal. En este sentido, se establece una relación de pro indiviso (término jurídico relativo a la propiedad de cosas, perteneciente a distintas personas) por el hecho de que el perro está bajo la tutela de una comunidad que debe preocuparse de su bienestar y salud.
Bajo este contexto, a pesar de que las Municipales administren los Bienes Nacionales de Uso Público no pueden en dicha acción ir en contra del espíritu de cuidado y respeto animal reflejado en la Ley 21020. La Municipalidad puede regular, a través de una ordenanza, las condiciones de albergue de los perros comunitarios para no afectar la libre circulación peatonal y/o vehicular además de evitar la transformar del lugar en una zona de desperdicios.
En caso de no cumplirse lo anterior, se puede colocar un Recurso de Protección contra la Municipalidad por infringir el artículo 2 de la Ley, en el cual se hace mención a la figura de perro comunitario.
Colaboración: María de los Ángeles Pérez Blanco.
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