#SANTIAGO Condiciones meteorológicas podrían generar riesgo aluvional en la región

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Investigadores del centro científico CIGIDEN advierten que las características del frente de mal tiempo, incluida la cantidad de agua caída y la isoterma alta, podrían eventualmente activar quebradas en la precordillera de la capital y provocar posibles flujos aluvionales.

El pronóstico de precipitaciones para este fin de semana en la cordillera y precordillera de la Región Metropolitana, con 15 a 20 milímetros estimados por día, temperaturas mínimas sobre los 15 grados y una isoterma de cero grados muy alta –3.500 metros sobre el nivel del mar–, enciende las alertas sobre los peligros asociados a estas condiciones meteorológicas en la zona central de Chile. Estas podrían, eventualmente, generar remociones en masa, que incluyen crecidas, flujos aluvionales (aluviones), deslizamientos de laderas y caídas de rocas.

La isoterma 0°C es una línea que, en un plano, une los puntos con una temperatura de cero grados Celsius. Sobre la isoterma 0°C, la temperatura es más baja, y bajo ese nivel, es mayor. ¿Pero por qué nos importa tanto?, el hidrólogo, académico de ingeniería UC e investigador de CIGIDEN, Jorge Gironás, explica que bajo la isoterma 0°C, pasan tres cosas: hay condiciones de temperatura que favorecen el derretimiento de nieve si es que esta está presente, cae agua en estado líquido y no sólido, y esta agua líquida favorece aún más el derretimiento nival.

“Por lo tanto, todo lo que ocurre bajo la isoterma 0, en realidad favorece que haya más agua líquida escurriendo superficialmente. Lo esperable es que se activen zonas como las cuencas o áreas aportantes a cauces y quebradas, y que se erosione laderas y cauces. El agua transporta este material erosionado en la forma de un flujo aluvional, con un poder destructivo muy grande”, explica Gironás.

Zonas susceptibles

Según el investigador, los 15 a 20 milímetros diarios de lluvia durante el sábado y domingo, en conjunto con una isoterma 0°C altas, pueden activar completamente zonas susceptibles en la zona oriente de Santiago, como la Quebrada de Ramón o Quebrada de Macul. “Pero también se pueden activar quebradas al interior de la cordillera, que pueden producir gran flujo aluvional y afectar las fuentes de agua potable provocando alta turbiedad”, asegura Gironás.

Gabriel González, académico de geología UCN y subdirector de CIGIDEN, complementa, que es previsible anegamientos locales y desborde de ríos, siendo algunos de los potenciales sectores afectados el Cajón del Maipo, el Piedemonte de Santiago y Estero el Arrayán (curso alto del Río Mapocho), así como otras zonas altas de la Cordillera, como camino a Farellones, sector el Volcán, el Morado y esteros tributarios al Río Maipo e inmediaciones de San José de Maipo.

La única señal de alerta de un aluvión, explica el doctor en geología, es la lluvia intensa, pero puede darse aguas arriba, sin que las personas ubicadas en la desembocadura de una quebrada puedan advertirlo, por ejemplo. “Por lo tanto, la recomendación es mantenerse alejados de las quebradas, arroyos y desembocadura de quebradas este fin de semana”, indica el experto CIGIDEN

Magnitud de la precipitación

Jorge Gironás plantea que el fenómeno meteorológico pronosticado es similar al ocurrido el 3 de mayo de 1993, aunque advierte que el pronóstico puede cambiar dada la incertidumbre en la estimación, particularmente, de la precipitación. En aquel desastre, un aluvión se activó en la Quebrada de Macul y afectó a las comunas de Peñalolén y la Florida, provocando la muerte de 26 persona, 8 cuerpos desaparecidos y cerca de 30.000 personas damnificadas.

“Pero existen diferencias a considerar puesto que el aluvión de 1993 ocurrió en mayo, en  época lluviosa, y por lo tanto había mayor humedad en el suelo y existía nieve sobre la superficie. Estos dos factores facilitan la ocurrencia de un flujo aluvional. Además, la Quebrada de Macul cuenta hoy con piscinas decantadoras que buscan controlar los efectos de estos aluviones”, explica el académico UC.

De acuerdo con Gabriel González, es urgente y relevante, que Chile genere un sistema de alerta que pase desde la alerta meteorológica a la alerta de remociones en masa o aluviones. “CIGIDEN generó un sistema piloto, pero no pudo pasar a la fase de implementación por falta de decisión política y de una institución que fuera capaz de acoger la investigación científica generada, la instrumentación y el procesamiento posterior de los datos”, concluye el experto.