#OPINION Presencia de bovinos en la vía pública, un dilema grave

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*Si bien no es común a todas las ciudades, es usual ver vacas deambulando por las calles de ciudades como Punta Arenas. Un dilema grave por el riesgo que representa aquello desde una perspectiva del bienestar animal y los accidentes que pudiese ocasionar, que los diversos actores debiesen abordar. 

Por Cristian Larrondo, académico investigador área de Bienestar Animal y docente de la carrera de Medicina Veterinaria UDLA Sede Viña de Mar

A raíz del inusual parto de una vaca en plena calle en Quilpué, es necesario plantear algunas inquietudes. Las vacas normalmente no elegirían parir en ese lugar, pues en la vía pública existen factores estresantes y peligrosos para ellas y sus crías, como el ruido de la gente, los autos y la presencia de perros sin supervisión de un tutor. Al ser el parto un evento natural que requiere tranquilidad, en situaciones como estas los animales pueden experimentar estrés y miedo, estando en riesgo su bienestar mental, físico y alterando su conducta normal.

Si bien la parición de una vaca en la calle es un hecho que conmociona y capta la atención de la comunidad, no debe normalizarse. La presencia de bovinos en la vía pública es un riesgo, pues estos animales son gregarios, permanecen en grupo y cuando se sienten amenazados y con miedo pueden escapar, cruzar las calles y causar accidentes de tránsito, incluso con consecuencias fatales, tanto para las personas como para los animales.

Pero, ¿por qué llegan vacas a un lugar como este? Su presencia puede explicarse por la disponibilidad de pasto, considerando la gran sequía que enfrenta la región y lo que ha causado escasez de forraje. Por ello, es posible que algunos dueños de bovinos permitan que sus animales pastoreen libremente sin supervisión.

Es necesario destacar que, de acuerdo con la Ley 20.380 sobre Protección de Animales y cuyo ente fiscalizador es el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), “Toda persona que, a cualquier título, tenga un animal, debe cuidarlo y proporcionarle alimento y albergue adecuados”. Por lo tanto, son las personas las responsables del cuidado de sus animales y no debiesen permitir que estos deambulen libremente por la vía pública, asegurando y resguardando su bienestar.