#OPINION Por una política pública que promueva el control ético de las colonias de gatos

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*Hoy, en nuestra sección de Zona de Opinión, te presentamos la columna Por una política que promueva el control ético de las colonias de gatos escrita por Verónica Basterrica, quien es Directora Fundación FeliNNos – Creadora Proyecto TNR Chile. 

Poco o nada se sabe en nuestro país acerca del número de gatos existentes. Al contrario de lo que sucede con  las poblaciones caninas, de las cuales si existen estudios y números, e incluso estadísticas en relación al hombre en zonas rurales y urbanas, la información que se tiene respecto a los gatos es muy precaria, o más bien nula. En algunas comunas hay registros de los gatos con dueño, sin embargo en la mayoría ni siquiera existe ese dato disponible y  en varias otras se piensa además, erróneamente, que ese número es igual a cero, es decir, que no habrían gatos en condición de calle. Esto porque por conducta los gatos se ven menos y entonces aplica eso de que “si no se ve, no existe”.  Nada más alejado de la realidad.

La realidad es que, aunque no exista una cifra oficial bien sea por falta de estudios concretos, o bien sea por negación, las personas que trabajamos con gatos comunitarios, o gatos sin dueño, tenemos certeza de que el número de los gatos en situación de calle, dentro de la RM debe acercarse al de los perros en la misma condición, pudiendo incluso sobrepasar esta cifra. El término comunitario se refiere a aquellos animales , ya sean gatos o perros, que carecen de dueño conocido y domicilio estable , pero que son  atendidos por varios miembros de la comunidad  dentro de un perímetro más o menos definido.

En este grupo, específicamente el de  los gatos sin dueño que se agrupan en colonias, se encuentran los gatos ferales.  Los gatos ferales son aquellos gatos que han nacido y se han criado sin contacto con el ser humano, o bien  han perdido este contacto y después de algún tiempo se han asilvestrado. Erróneamente hay quienes se refieren a ellos como gatos salvajes , pero no lo son. Un gato feral, es un gato doméstico asilvestrado. Al contrario de los perros asilvestrados que habitan mayoritariamente en zonas periféricas y rurales,  los gatos asilvestrados o ferales  viven en las ciudades muy cerca del ser humano.

Hay otros aspectos a considerar en relación  al manejo de los felinos. En primer lugar está el hecho de que los gatos generan  menos  empatía  que los perros en la gente , además hay  menos personas o Agrupaciones trabajando directamente en  su bienestar y  existe el problema no menor del poco o nulo conocimiento acerca de como se hace el control  y manejo de los gatos que viven en colonias.

Desde la autoridad se han implementado algunos programas tendientes a ayudar a estabilizar el número de animales mediante planes de esterilizaciones masivas gratuitas , como es el Plan Nacional de Esterilización (para perros y gatos) y el programa Cuidado con el Perro (exclusivo de perros). Estos programas consideran la posibilidad de esterilizar animales sin dueño toda vez que cuenten con un cuidador que se haga cargo de la atención posterior a la cirugía, sin embargo esto no aplica en casos de gatos o perros asilvestrados a los que se debe  dar captura y que requieran de algunos protocolos de  manejo específicos.

El TNR es un método o forma de control ético , tanto de poblaciones caninas como felinas que consiste en atrapar, esterilizar, identificar o marcar, y devolver a su hábitat o territorio a los animales intervenidos. Este método es de relativa facilidad de ejecución en animales que pueden ser manipulados fácilmente, ya sean perros o gatos. Casi se necesita exclusivamente de la buena voluntad de alguna persona u organización  que tenga el tiempo de acudir a las jornadas de esterilización y tener la posibilidad de ofrecer una noche de post operatorio controlado previo a la liberación. Pero el asunto se complica en casos de gatos ferales que no pueden ser manipulados libremente y a los cuales hay que dar captura. Entonces las interrogantes son: ¿Quién captura? ¿Cómo se captura? ¿Quién provee los implementos necesarios? ¿Quién define protocolos de manejo? Son muchas las preguntas y varios aspectos que deben ser considerados a la hora de embarcarse en esta labor, pues si no se cumplen los manejos descritos a cabalidad, no solo se puede comprometer la salud del animal , sino que también la seguridad de quienes los manipulan.

Los gatos ferales no son agresivos con las personas , en el 99% de los casos preferirán retroceder y alejarse antes que atacar directamente a una persona, pero esta situación cambia cuando se intenta retenerlos en contra de su voluntad , o cuando el manejo lo hace alguien sin la experiencia necesaria.

Existe claridad en que la esterilización es clave en el control y tenencia responsable de mascotas , pues bien , es igualmente importante  e incluso más, en relación a los animales sin dueño.

El proyecto de TNR Chile, nace en parte para dar a conocer esta forma de manejo a nivel más masivo entre personas que no conocen ni saben como abordar el tema de las colonias, para poner al alcance de quien lo requiera no solo la información, si no que también el equipo necesario para llevar a cabo dicha labor.  Pero además pensando en que el impacto de este trabajo fuera mayor y más global, se consideró en todo momento la incorporación de las autoridades municipales en este proceso, primero haciéndose parte de los costos de las esterilizaciones , ya fuera con pases especiales, con convenios en clínicas que estuvieran dispuestas a seguir protocolos de manejo de gatos ferales, pero también en el aspecto de la educación , información y eventual mediación con los vecinos.

Y la respuesta a este proyecto ha sido muy satisfactoria,  hemos logrado acercarnos a varias comunas con propuestas de trabajo en conjunto y convenios de colaboración para intervenir colonias en áreas específicas. En poco menos de dos años  hemos logrado incorporar programas de mayor o menor escala para hacer TNR de colonias felinas en 4 comunas de Santiago.

¿Qué más se necesita? Sin duda que los Municipios inviertan en equipamiento propio específico, profesional y seguro, además que profundicen  de manera interna  este proceso para que puedan trasmitir de mejor manera a la comunidad del por qué el manejo se hace de esta forma y no de otra, que estén dispuestos a jugárselas por la protección de las colonias de gatos como si se tratara de un animal  de un vecino. Se necesita que los Municipios trabajen de la mano con Organizaciones pues de otra forma es inviable, y que dichas organizaciones se capaciten en este proceso. Y esto es de suma importancia, ya que tampoco existe  gente con experiencia en controles masivos, en programas sostenidos en el tiempo y en estricto apego a los protocolos descritos de manejo, el cual tiene pautas muy claras que deben ser seguidas dejando de lado la improvisación.

El TNR o control ético de colonias  o poblaciones de animales comunitarios no es solo la mejor forma de abordar este tema, sino que es la única forma posible. El trabajo con colonias de gatos es un trabajo bellísimo, que  conjuga no solo el trato digno para el animal, al cual se le permite conservar su territorio y por ende su esencia, si no que además ejerce un impacto social importante al reducir los conflictos entre vecinos y cuidadores , a la vez que ayuda en el manejo de salud ambiental al estabilizar el número de animales en las calles.

Debemos ser capaces de evolucionar como sociedad y contemplar en la protección a todos los animales por igual, tengan o no dueño conocido.

Fotografías: Gentileza Proyecto Zoografia/ Fundación Felinnos