Durante el año 2013 se estrenó a nivel mundial el documental Blackfish, dirigido por Gabriela Cowperthwaite, a través del cual se mostraba con imágenes reales y testimonios de ex entrenadores la historia de la orca Tilikum, animal que fue arrebatada a su madre a la edad de 2 años en 1983 pasando desde entonces en un acuario del Parque Marino SeaWorld. Un film que reabrió el debate en el mundo entero sobre la dura realidad que deben afrontar a diario las orcas en acuarios pequeños a lo largo y ancho del mundo entero, marcado por espacios reducidos y trastornos en su conducta dado al estado de cautiverio en que se encuentran.
El lanzamiento del documental Blackfish significó un hito en la lucha que llevan hace bastante tiempo decenas de activistas en el mundo entero, exigiendo el fin de los acuarios y la libertad inmediata de los animales que en ellos se encuentran. Al respecto, la Veterinaria Karen Becker, especialista estadounidense en cuidados de mascotas integral, señala: “La práctica de mantener a orcas cautivas para su uso en lugares como SeaWorld y
Marineland es a menudo descrita como polémica.Francamente no sé qué es controversial en ello. La existencia de una controversia generalmente significa que hay dos bandos razonables a una discusión. El único argumento para mantener cautivas a las orcas es una ganancia financiera. Esta es una posición apenas defendible cuando se trata de destruir la vida de los mamíferos marinos para el entretenimiento humano y el enriquecimiento financiero”, indica la experta.
La destrucción de la vida de los grandes mamíferos marinos es una de las principales consecuencias del cautiverio de orcas y delfines, por mencionar algunos ejemplos. Los animales son obligados a interactuar forzosamente con miembros de su misma especie o similares en espacios reducidos, lo que genera estrés en los mamíferos. A ello debemos sumar que el agua es mejorada químicamente, constituyendo otra fuente de estrés para estos animales.
El estrés en las orcas, explican los especialistas, se expresan mediante diversas maneras entre las cuales podemos mencionar se acorta la expectativa de vida del animal drásticamente, actitude
s agresivas con los otros animales y con los entrenadores con consecuencias fatales en algunos casos, problemas en la reproducción con el nacimiento de crías enfermas y el colapso de la aleta dorsal en los machos son algunos de los síntomas.
De acuerdo a los expertos, el colapso de la aleta ” sólo ocurre en las orcas salvajes como resultado de un traumatismo grave de la aleta, como si les dispararan o chocaran con un barco. La aleta dorsal se mantiene erecta por el colágeno, que se endurece a medida que la ballena madura. Existen varias teorías para explicar el por qué se cae la aleta dorsal, todos tienen que ver con factores de estrés relacionados con el cautiverio. Como era de esperarse, SeaWorld es inflexible, y dice que no hay ninguna conexión entre el colapso de la aleta dorsal y la salud y el bienestar de las orcas”, precisa Becker.
Protestas
Con el afán de alzar la voz por los derechos de los animales y pedir la liberación de las Orcas Lolita y Kshamenk, que están en los Acuarios de Miami Seaquarium de Estados Unidos y Mundo Marino de la Provincia de Buenos Aires respectivamente, este próximo 20 de Febrero se hará una manifestación de carácter pacífico y sincronizada en las afueras de ambos recintos. La idea, plantean sus organizadores, es informar a los asistentes y público asistente de los parques acuáticos la dura y triste realidad del cautiverio de las orcas buscando lograr más apoyo para la liberación de estos dos mamíferos.
La liberación de los grandes mamíferos marinos y el respeto a sus modos de vida es el deseo de decenas de personas, las cuales día a día luchan para lograr ser escuchados por las autoridades y el mundo entero para la concreción de sus anhelos.
