#OPINION Los animales, una necesaria inclusión en la Constitución

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*Atala Macuer, Coordinadora Nacional de Evópoli Causa Animal, explica en la siguiente columna la importancia de incluir los derechos de los animales en la Constitución. 

El proceso constituyente iniciado el 15 de noviembre pasado nos ha dado la oportunidad para que la comunidad política, nuevamente, discuta sobre aquellos asuntos fundamentales que dan estructura al orden social. En este sentido, es fundamental reflexionar en torno a la importancia de que nuestra próxima Constitución Política de la República incorpore el reconocimiento y la importancia del cuidado del medio ambiente, incluyendo los animales.

En las últimas décadas, la humanidad ha sido testigo de cómo el uso irresponsable de los recursos naturales y la falta de respeto por la vida de los animales nos han llevado a sufrir diversas crisis ambientales. También, se ha hecho evidente la necesidad de establecer mecanismos para resguardar a los animales del maltrato y la crueldad. En Chile, la Ley 21.020 tuvo que imponerse para obligar a los ciudadanos a ser responsables con sus mascotas. Existen, además, una serie de normativas legales que deben ser mejoradas para establecen reales mecanismos de protección a la fauna salvaje, animales en cautiverio y a aquellos que son utilizados para la producción de alimentos y  pruebas clínicas.

Considerando lo anterior, se vuelve necesario que en la Constitución se establezca que los seres vivos deben ser protegidos, basándonos en el reconocimiento de que la flora y fauna son importantes para el desarrollo sustentable de nuestro país y el bienestar animal es uno de los cimientos de nuestro modelo de sociedad, puesto que la compasión es un valor moral elemental en nuestro mundo moderno. Estas disposiciones  plantean una base que podrá ser utilizada para dictar normativas de protección, para impedir la promulgación de normas legales que pudiesen afectar esta base o principio, así como también el restringir su uso a través de los caminos de revisión constitucional, e igualmente para interpretar las leyes en ejercicio.

No hay que olvidar tampoco, que estas propuestas han causado aprensiones en determinados sectores, especialmente aquellos dedicados a la industria alimentaria. Ante esas dudas, es importante recordar que existen ejemplos de países exitosos que establecen el deber del Estado de proteger a los animales, como Alemania, acción que por ningún motivo ha provocado daños al desarrollo de esas industrias, sino que, al contrario, han permitido la innovación en técnicas menos destructivas y más sustentables. Esta propuesta no busca limitar la actividad económica y el desarrollo de las industrias dependientes de alguna fauna para su subsistencia, sino que obligará a darle a los animales mayor dignidad, por ejemplo, como en el caso de los animales de consumo, para evitarles una vida de sufrimiento y una muerte dolorosa, algo que es probadamente posible.

Sin duda, tenemos una larga lista de deudas con los animales, aunque también tenemos esperanzas: contamos con que existe la compasión y empatía en la mayoría de los seres humanos. Por esta razón, incluir a los animales, como seres sintientes, en la constitución, entregaría posibilidades para que nuestras leyes evolucionen hacia un trato más justo y de mayor respeto para las demás especies.