#ARGENTINA La historia de las arquitectas que rescatan animales de las obras y les buscan hogar

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Las obras suelen ser lugares hostiles hasta que los edificios toman forma. Sobre todo si se trata de una tan grande como la del asentamiento Papa Francisco en Lugano. El frío del cemento hiela los huesos de los humanos y todavía más la de los animales que vagabundean entre los materiales de construcción.

Yasmín (28), Yamila (30) y Marcela (31) son arquitectas y al trabajar en el proyecto del Instituto de la Vivienda (IVC) se dieron cuenta de la cantidad de amigos peludos que se les acercaban buscando cobijo. Decidieron hacer algo al respecto y crearon la cuenta @animalites_de_obra para encontrarles hogar.

“Pasamos mucho tiempo en la obra y al estar tanto ahí notamos como los gatos y los perros venían a nuestras oficinas para dormir, descansar del contexto y comer. El lugar es hostil para ellos por las máquinas, la tierra y las condiciones de salubridad, así que se las arreglan como pueden”, cuenta Marcela a LA NACION.

El contraste era grande entre lo felices que los veían cuando llegaban y lo mal que los dejaban cuando se iban a sus casas, así que empezaron por lo primero: llevárselos. Yamila adoptó a Coco, un gato naranja gordo; Marcela tuvo tres meses en tránsito a una perra que pudo ubicar con una familia de La Plata; y Yasmín a la perrita Romanof, que tenía mal una pata y logró operar hasta verla correr por la playa.

La misión contagiosa

Como ninguna casa tenía espacio para todos, empezaron a compartir en sus redes personales los casos que veían. “Se empezó a hacer un efecto contagio. El predio es grande porque tiene varias obras así que nos llegaban más casos y pedidos, dentro del equipo extendido hubo muchas adopciones”, cuenta la arquitecta. Hay un patrón que se repite entre todos: son hiper cariñosos.

Al poco tiempo decidieron abrir la cuenta Animalites de Obra en la que ya comparten perros y gatos de otros puntos de la ciudad y Gran Buenos Aires. Las tres se hacen cargo de los costos de veterinaria y alimento, y por suerte ya recibieron algunas donaciones aunque la cuenta recién haya arrancado.

Historias hay miles. Una gata tuvo cría en la obra y cuidaron a sus gatitos hasta que crecieron y pudieron darlos en adopción. Inclusive lograron que la mamá consiguiera casa.

Una vez lograron rescatar a una perra hembra en celo que era perseguida por una manada de perros, la dieron en adopción y le consiguieron hogar en el día. Explica Marcela: “Fue realmente salvador porque a la noche no tenía reparo de la persecución”.

Si deseas donarles comida para perros o adoptar, contactalas a través de su Instagram.

Fuente: La Nación de Argentina