#OPINION Las víctimas bajo el agua

0
422

3 de Abril 2020

*En el contexto de la celebración del Día Internacional de los Animales Acuáticos, Diamela Covarrubias, Coordinadora de Sinergia Animal Chile, nos invita a reflexionar sobre la realidad de los animales bajo el agua. 

Hoy se conmemora el Día Mundial de los Animales Acuáticos, a pocos días de haberse realizado la campaña por el Día Mundial por el Fin de la Pesca, el sábado 28 de marzo.

Y es que, al parecer, una sola fecha no es suficiente para visibilizar a las principales víctimas de la industria alimentaria: los peces.

Diamela Covarrubias, Sinergia Animal Chile

Me atrevo a decir que todos hemos visto una opción de comida “vegetariana” que incluye atún, o conocemos a alguien que se denomina vegetariano aún consumiendo los conocidos “frutos del mar”. Pero lejos de ser una especie de vegetal, se ha comprobado científicamente que los peces son animales que experimentan las mismas respuestas fisiológicas que los humanos, al someterse a estímulos dolorosos.

Aún cuando existen estudios científicos que comprueban esta capacidad de sentir dolor y placer de los peces, aún cuando se han observado comportamientos sociales complejos y se ha descubierto el uso de herramientas por parte de algunas especies, los humanos insistimos en creer y actuar como si estos animales fueran objetos inanimados a nuestra completa disposición.

Los peces se cazan de forma indiscriminada y se sacrifican con técnicas que serían prohibidas para cualquier otro animal de consumo. Ahogados fuera del agua, muertos a golpes, cortados y despellejados vivos; a veces muertos sólo por la presión que implica sacarlos del agua y otros aplastados entre tantos otros peces que son capturados en las redes. Podemos hablar de miles de millones de peces consumidos al año y, aunque parezca una cifra poco precisa, es muy difícil estimar un número real, pues los peces en la industria, al igual que otros objetos, sólo son contabilizados como toneladas de peso. 

Aún sin números determinados, se calcula que más del 80% de los animales explotados para el consumo humano son peces y, si agregamos los moluscos, pasamos del 90%, dejando muy atrás a cualquiera de las especies terrestres que nos provocan más empatía como cerdos, ovejas y vacas.

Los peces son aparentemente muy distintos a nosotros y viven en un ambiente diferente al nuestro. Por lo visto, es eso lo que los condena a una vida miserable, amenazada por la sobrepesca que podría -según estudios- hacerlos desaparecer de los océanos de aquí al año 2048. Nada raro considerando que, según la ONU, un 64% de las poblaciones marinas están sobreexplotadas y un 23% ya están totalmente agotadas.

Y no sólo los peces están en peligro. La pesca no discrimina y cientos de miles de otros animales como ballenas, delfines, tortugas, focas y aves, acaban siendo víctimas de la industria pesquera,  atrapados en redes perdidas en los océanos, o capturados por el sistema de arrastre que los devuelve al mar heridos o muertos.

Por si fuera poco, la actividad pesquera es una de las principales causas de contaminación plástica en el océano. Según una investigación en la Gran Isla de Basura del Pacífico, un 46% de los materiales encontrados corresponden a redes de pesca, mientras que gran parte de los residuos restantes también se relacionan con esta actividad.

En total son entre 600 mil y 800 mil toneladas de redes que se pierden o son abandonadas en los océanos cada año, lo que podría tomar cerca de 600 años en degradarse.

Por lo tanto, no sólo los defensores de los derechos animales tenemos razones suficientes para dejar de consumir productos del mar, sino cualquiera a quien le preocupe la salud de los océanos, y así también el futuro de nuestro planeta.

Una excelente decisión individual e inmediata para ayudar a los océanos a recuperarse, reducir la contaminación marina y disminuir el sufrimiento animal, es eliminar de tu dieta los productos del mar y, quizás, es un buen momento para empezar a empatizar con los que consideramos más diferentes.