#MIRADANACIONAL PDI participó en operativo internacional que buscaba desbaratar red de tráfico de animales internacional

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17 de Julio 2019

Una operación a escala mundial organizada conjuntamente por equipos policiales y de aduanas de distintos países, logró recuperar una gran cantidad de especies protegidas o en peligro de extinción de flora y fauna alrededor del mundo.

Así, en países como México, por ejemplo, en controles realizados por la Fiscalía General de la República se interceptó un cachorro de tigre blanco oculto en una camioneta. En Rusia, por su parte,  se hallaron más 4.100 tortugas al interior de un contenedor procedente de Kazajistán. O en la India se descubrió a un cachorro de león que pretendía ser trasladado y comercializado en el Reino Unido.

El operativo, denominado Thunderball, se extendió entre el 4 y el 30 de junio e incautó 23 primates vivos, 30 grandes felinos, 440 colmillos de elefante, cinco cuernos de rinoceronte, más de 4.300 aves y alrededor de 10.000 tortugas entre otras especies. Y Chile también se hizo presente.

En nuestro país, la Brigada de Delitos Medio Ambientales y Contra el Patrimonio Cultural (Bidema) de la PDI fiscalizó diferentes puntos estratégicos en donde pudiese existir tráfico de animales en peligro de extinción.

Y si bien se logró dar cuenta de que un número importante de lugares se mantienen en regla, las investigaciones igualmente arrojaron resultados: se logró recuperar 40 especies de loros, tortugas y serpientes, entre otros reptiles, en distintos operativos que, además, constataron delitos de maltrato animal o donde los supuestos encargados de los animales no pudieron comprobar su procedencia.

Operativo nacional

La operación realizada en Chile, además de la PDI, contó con el apoyo del Servicio Nacional de Aduanas y funcionarios del Servicio Agrícola Ganadero (SAG). Los trabajos conjuntos se concentraron en fiscalizar distintos blancos investigativos que ya se mantenían en marcha por parte de la policía civil.

La mayoría de las especies incautadas en  Chile correspondía a ejemplares de loros Choroy, donde, incluso, se detuvo a una persona por el delito flagrante de maltrato animal.

“El individuo mantenía un loro Choroy que tenía sobrecrecimiento de su pico y mutiladas sus alas primarias y secundarias, lo que evitaba que emprendiera el vuelo. Además, la especie se encontraba en evidentes condiciones de maltrato y estrés”, señaló el subcomisario Gonzalo García de la Bidema.

Según el oficial, la comercialización de estos animales puede llegar a los $ 3,5 millones, como ocurre en el caso de las boas constrictor, localizadas en la diligencia en Chile.

Para el efectivo policial, el perfil de traficante de animales en Chile es bastante específico, donde la mayoría de los implicados son coleccionistas.

“Ellos buscan poder tener un animal que sobresalga entre los demás. En general, les gusta mostrarlos en círculos de coleccionistas. De hecho muchos de ellos compran animales exóticos para intercambiarlos. Es bastante parecido a lo que ocurre con los traficantes de arte: se conocen entre ellos, mantienen grupos cerrados de Facebook y WhatsApp, y a través de estos medios realizan las comercializaciones de este tipo de animales”, puntualizó García.