#TENDENCIAS Economía circular en las empresas: encuesta revela alto interés en implementarla, pero poco conocimiento aún sobre sus beneficios

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17 de Julio 2019

A nivel mundial, la discusión por el destino de los residuos -principalmente el plástico- y el acelerado deterioro de los recursos naturales ha impulsado en los últimos años el avance de la economía circular, una nueva forma de producción y consumo que en Chile ha cobrado importante fuerza en el último año, de la mano de la implementación de la Ley REP y del trabajo para crear una hoja de ruta sobre la economía circular en el país.

¿Cuánto hemos avanzado en la industria?, lo cierto es que no existen indicadores oficiales al respecto. Hay algunas iniciativas más consolidadas, como el Pacto por los Plásticos –“Circula el plástico”-, un trabajo impulsado por la Fundación Chile y el Ministerio del Medio Ambiente, junto con empresas líderes en esta materia como Coca-Cola, Unilever o Nestlé, pero a nivel general los avances aún son tímidos. Así lo revela la primera “Encuesta de circularidad y sustentabilidad en la empresa chilena”, elaborada por la consultora Pipartner Group.

Realizada a 210 empresas de distintos tamaños y rubros (15.3% son grandes empresas, 11.6% medianas y 70% pequeñas y micro), la encuesta se enfocó en aspectos como el nivel de sustentabilidad de estas, si ha implementado o va a implementar acciones en esta materia, y sus avances más específicos en materia de circularidad y reciclaje. Se aplicó a dueños y socios de empresas, a gerentes de sustentabilidad, medioambiente y calidad, y a jefes de áreas.

“Hay un interés de las empresas por incorporar la economía circular, pero también hay una necesidad de estas de conocer acciones y formas de hacerlo. Esta encuesta tiene como objetivo dar una primera mirada al desarrollo circular de las empresas en Chile, entender en qué están, cómo se van moviendo en el tiempo y dónde están hoy las oportunidades de desarrollo”, explicó Humberto Salinas, gerente general de Pipartner Group, respecto de los objetivos de esta encuesta.

Y una de las principales conclusiones que arrojó el estudio es que, en general, las empresas abordan hoy el área de sustentabilidad como eventualidades a resolver -problemáticas productivas inmediatas- que se solucionan una a una y a medida que aparecen, o bien para cumplir con la normativa mínima para su operación, y no necesariamente como un eje estructural de sus modelos de negocios.

“Si bien cada vez más empresas se comienzan a preocupar de una mejor disposición final de los residuos, son muy pocas las que conocen los beneficios económicos y ambientales asociados a la revalorización de éstos como posibles subproductos a rentabilizar en la empresa, lo que ofrece una gran oportunidad de nuevos negocios no visualizados por la industria a la fecha”, señalo el informe de la consultora.

Las cifras de la encuesta son decidoras: aunque el 56% de los encuestados indicaron poseer estrategias de sustentabilidad ya definidas en sus empresas -y comunicada a sus colaboradores y clientes-, el 42% de ellos no conoce aún los principios de la economía circular.

“Los resultados coinciden con que recién se está instalando el concepto en el país con fuerza”, dice Humberto Salinas. Y esto, agrega, “si bien puede verse como un problema, también es una oportunidad. La adopción de este concepto va a ir adquiriendo fuerza una vez que las empresas entiendan sus beneficios y las externalidades positivas que se pueden generar en conjunto”.

A esto se suma que a nivel global la economía circular, si bien se ha estado gestando desde hace muchos años, recién se está masificando. Para que ocurra una transformación mayor, dice Salinas, “el Estado toma una relevancia fundamental, el apoyo a la incorporación de estas miradas en las empresas se hace imprescindible. Por otro lado el impulso empresarial se hará efectivo en la medida que también exista un consumidor que va generando exigencias a las empresas. Hoy poco a poco tenemos un consumidor mucho más informado y más crítico de las acciones empresariales, no solo en la calidad de los productos sino en cómo estos fueron desarrollados y llegaron a sus manos”.

En este sentido, la misma encuesta revela que un 86% de las empresas afirma estar interesada en conocer los objetivos de la economía circular, junto con los beneficios asociados a su implementación, mientras que el 83% ve el implementar estrategias de sustentabilidad como algo importante para su posicionamiento, desarrollo y rentabilidad.

Acciones de sustentabilidad

Pero, en general, ¿qué acciones tangibles de sustentabilidad realizan las empresas?, de acuerdo a la encuesta de Pipartner Group, la acción más repetida por estas es el recambio de luminarias a LED (15,6%). A esta le siguen, bastante atrás el desarrollo de productos bajo la mirada de la economía circular, con un 7.43%, mientras que un 7,11% ha incorporado ecodiseño y la misma cifra ha hecho un análisis de ciclo de vida en sus productos o servicios. Solo un 9% no ha implementado ninguna medida.

“Las empresas están acostumbradas a realizar medidas spot que no dan cuenta de un ‘sistema sustentable’, solo se enfocan en pequeñas áreas que tienden a generar pequeños cambios inmediatos”, afirma Salinas. “Lo que falta en las empresas es una mirada más sistémica de la sustentabilidad, que es la mirada que entrega la economía circular. Es necesario que las empresas tengan el convencimiento de que un modelo circular realmente les puede dar mayores niveles de desarrollo, dejar de mirar la sustentabilidad como un área necesaria para funcionar e incorporarla en el modelo con indicadores claros de impacto y rentabilidad”, agrega.

Las grandes diferencias aparecen al analizar por separado los segmentos de empresas. Por ejemplo, en las grandes empresas el 85% de ellas realiza acciones concretas de sustentabilidad, el 51,7% ha medido su huella de carbono, el 27,3% su eficiencia energética, y un 15,2% ha incorporado energía termosolar en sus procesos productivos. Al mismo tiempo, un 12% de estas ha desarrollado productos de acuerdo a los principios de la economía circular, y un 9% a utilizado el análisis de ciclo de vida en sus productos.

“En Chile las grandes empresas están comenzando a sumarse rápidamente, y prueba de ello es el Pacto de los Plásticos. Empiezan a entender que reciclar es lo último que se debe hacer, pues el objetivo es no generar residuos. También algunas empresas grandes se han dado cuenta de los beneficios en la rentabilidad que implica ser más sustentables, de los nuevos negocios que pueden generar a partir de sus propios residuos o de la mezcla de estos con otras industrias. Esto ha permeado poco a empresas menores, pero de a poco se ha comenzado a conocer y de a poco se han empezado a sumar”, dice Humberto Salinas.

Por su parte, la mediana empresa ha realizado iniciativas mayoritariamente de medición de huella de carbono (31%) e hídrica (19%), mientras que un 12% de ellas ya implementó medidas de eficiencia energética.

En la pequeña empresa, en tanto, un 20% dijo haber recambiado sus luminarias a LED y solo un 8% ha realizado una medición de su huella de carbono. Y en las microempresas, un 28% de las encuestadas ha desarrollado actividades asociadas al ecodiseño y a las estrategias de la economía circular, una alta cifra que tendría dos explicaciones: la mayor facilidad de este tipo de empresas de cambiar y adaptarse, y a que se trata de pequeñas compañías o emprendimientos con un fuerte sentido social y de desarrollo sustentable.

Residuos y Ley REP

En cuanto a la mirada circular de las empresas en materia de residuos, la encuesta revela que el 68% de las grandes empresas ha implementado ya alguna política de reciclaje como parte de sus operaciones, una cifra que baja a un 50% de la mediana empresa, un 51% en la pequeña y un 46% en la microempresa.

Respecto a los productos prioritarios establecidos por la Ley REP, la mayor parte de los residuos corresponde al sector “envases y embalajes” (22,6%), seguido de residuos eléctricos y electrónicos (11,5%) y baterías (9,9%). Sin embargo, solo un 22,3% de las empresas encuestadas señala contar con un sistema para cuantificar estos desechos, mientras que un 35,7% no hace nada con los productos incluidos dentro de la REP.

Y si bien un 51,9% de las empresas encuestadas afirma que están tomando acciones para disminuir los residuos que sus productos generan al ser puestos en el mercado, solo un 27% afirma tener procedimientos para su revalorización y convertirlos en nuevas oportunidades de negocios.

“La Ley REP es un gran aliado de la economía circular -dice Salinas-, ya que permite recuperar los materiales que sirven como base para nuevos procesos productivos y esto es súper necesario en un sistema circular. Sin embargo, así como a todo el mundo, a las empresas no les ha sido fácil hacerse cargo de sus residuos, ya que eso implica sumar una o varias acciones de las cuales antes no se tenía que preocupar. Eso es un punto implicante en el bajo porcentaje de acción”.

“El espíritu de la ley es invitar a reinventarse a repensar el desarrollo de productos y disminuir la generación de residuos. Aquí está la principal brecha, esto requiere de mucho más que ecodiseñar productos y servicios, requiere de reingeniería, de repensar procesos y sistemas, lo que no siempre es fácil en empresas de trayectoria y años desarrollando productos de manera lineal”, agrega el experto.

¿Qué se entiende por economía circular?

Hoy en día nuestro planeta, plantean los expertos, está afrontando una emergencia climática que ha conllevado que la estabilidad de la humanidad y los recursos de la naturaleza no esté garantizada.
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La economía basada en el modelo de producción lineal, vigente al día de hoy, ha tenido un impacto nefasto en nuestro entorno, lo que se ha traducido en impactos como el cambio climático y la pérdida de la biodiversidad permanente.

Por generaciones, nuestro planeta alimentó a nuestra creciente civilización,
pero ahora, en un solo ciclo de vida humana, todo eso ha cambiado. Se estima que en los últimos 50 años la población de fauna silvestre ha disminuido, en promedio, en un 60%.

La economía lineal agota los recursos (extraer-fabricar-desechar), y se hace
urgente para nuestra sobrevivencia en este planeta adoptar nuevas formas de producción.

Debido a esto, surge el concepto de “Economía Circular”, la que plantea la producción de bienes y servicios de manera sostenible, y que permita la reutilización y la consiguiente disminución del impacto de los procesos productivos, sin dejar de lado la mejora en rentabilidad para la empresa.