#OPINION La Tecnología a su servicio

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Ignacio Gómez, Director de la App pro animal Laika, reflexiona en esta columna  sobre cómo la tecnología puede ser uno de nuestros grandes aliados para afrontar la sobre población animal. 

Cuando me invitaron a escribir una columna sobre la tecnología relacionada con el problema de la población de mascotas abandonadas, automáticamente pensé en que habíamos comenzado utilizando los conceptos equivocados. Prefiero pensar, que en vez de hablar del problema de perros y gatos abandonados, hablemos de la irresponsabilidad humana por sobre los animales de compañía. De todas formas, este tema quedará para otros expertos en la materia.

Según la visión tecnológica, nos preguntamos: ¿por qué un perro llega a vagar por las calles de Latinoamérica? Y ¿por qué también millones de gatos deambulan por los tejados sin un dueño que lo supervise?

Hemos contemplado a lo largo de la historia de nuestro país, que la tecnología comprendida como un factor de cambio, ha estado presente en innumerables acciones por parte de las personas y Gobiernos que de alguna u otra manera, les afecta ver a las mascotas en las calles. Así nos encontramos con procesos tecnológicos donde en el pasado por ejemplo, atrapar un perro callejero, subirlo al camión y llevarlo a la perrera era sinónimo de “estamos avanzando en el camino correcto para que no existan perros abandonados” (hipótesis equivocada). Y si nos enmarcamos en la actualidad las políticas públicas, proponen identificar y registrar a miles de mascotas para denunciar futuras irresponsabilidades, junto a la esterilización masiva de perros y gatos, esperando a largo plazo cambios considerables en el control canino y felino.

¿Cómo los procesos tecnológicos colaboran en la búsqueda de soluciones?

Entendemos este concepto como la observación de una situación, donde se levanta una hipótesis para validarla con los actores involucrados y ejecutar un sistema que lleve una solución, producto o servicio. Así y para graficar cómo nacen los procesos tecnológicos, les contaré qué hicimos en Laika para encontrar desde otro foco, una solución para acabar con la irresponsabilidad en las personas que tienen mascotas.

En Laika comprendimos que el problema de fondo y el cuál debíamos atacar no eran las mascotas perdidas (ya que eso es una consecuencia de la irresponsabilidad), tampoco nos enfocamos en aportar con la venta de mascotas, sino que vislumbramos que “la falta de educación en lo que respecta la tenencia responsable, sumado al poco vínculo que tienen algunas personas dentro del núcleo familiar, hacían que un perro o gato de casa tuviera riesgos de ser abandonado”.

Comprendiendo lo anterior, nos encontramos con muchas personas que día a día se esmeran por darle lo mejor a los perros y gatos de la calle, incluso llegando a dar lo que no tienen con el fin de darle una mejor “calidad de vida” al animal abandonado. Así conversamos con Veterinarios, Organizaciones, Asociaciones, Fundaciones y Animalistas, quienes nos explicaron cuáles eran los diferentes problemas que existían para combatir la irresponsabilidad de las personas que abandonan mascotas.

Por lo tanto, para poder crear un proceso tecnológico, es necesario conversar con las personas más afectadas por el problema y en conjunto ver qué necesidades tienen. Así entonces pudimos conceptualizar el problema (“debemos potenciar la educación y facilitar el vínculo de responsabilidad de las personas a sus mascotas”) y a esto incorporamos que debíamos trabajar colaborativamente con la comunidad que desde hace años ha estado con las mascotas abandonadas. Sólo nos faltaba ver el entorno: ¿Qué es lo que ya está y que debemos hacer?

Primero vimos que la comunidad se mueve enormemente en las redes sociales para dar en adopción las mascotas que ya habían recogido y esterilizado. Para gestionar eso, necesitaban la ayuda de muchas personas (económica y en terreno) y que en ese caso las redes sociales no servían en su totalidad (muchos likes y poca ayuda de verdad). Segundo, observamos también un Estado activo que gracias a la presión de la comunidad animalista, está tramitando leyes y nuevas regulaciones Municipales. Y a todo lo anterior lo vinculamos con una herramienta diaria entre los Latinoamericanos: El celular.

¿Por qué ocupar el celular como herramienta tecnológica para solucionar el problema?

Esta decisión se da bajo el objetivo de entregar en las manos de cada persona, un elemento de poder de cambio es decir, dotar a las familias de una herramienta de ayuda que solucione desde el hogar, el riesgo de abandono de mascotas. Así nace Laika, como la primera aplicación móvil de adopción y ejecución de la tenencia responsable bajo la colaboración entre las personas de un hogar.

Creo absolutamente que la tecnología (como herramienta y proceso) debe ser entregada a las personas y comunidades como un elemento más en el abanico de soluciones. Son los que viven día a día con el dolor del problema, los que deben utilizar estas herramientas y verificar si los servicios son buenos o malos. Junto a ellos, los creadores de estas herramientas debemos atrevernos a construir nuevas soluciones.

Esa es la ventaja de crear tecnología, ya que es una fuente inagotable de soluciones, donde su centro para llegar a una conclusión debe ser la colaboración entre los diferentes actores que viven el problema.

Si ayer se crearon las perreras para “ayudar a los animales abandonados”, hoy son las redes sociales y aplicaciones móviles, mañana… ¿Quién sabe?