Las razones que sustentan el habeas corpus presentado a favor de Sandai, el orangután que vive bajo cautiverio hace años en el Buin Zoo

0
688

Con el fin de pedir su liberación y traslado a un santuario de animales, la Fundación Justicia Interespecie interpuso ante la Corte de Apelaciones de Santiago un habeas corpus a favor de Sandai , el orangután borneo que desde el año 2014 vive bajo cautiverio en el Buin Zoo. Una acción que marcó un hito en la historia de los derechos animales de Chile, pues es vez primera que se interpone un recurso constitucional a favor de un animal no humano. 

Según se informó, la acción constitucional se presentó con el fin de  “reconocer que el orangután es una persona no humana, cuyos derechos básicos de los que es titular, se han visto vulnerados por la privación de libertad en la que se ha mantenido en el zoológico. Con ello, la organización busca que Sandai sea trasladado al Santuario de Grandes Primates de Sorocaba en Brasil”, explicó al respecto la entidad de derecho animal. 

Frente a este escenario, surge la pregunta asociada a  ¿cuáles son las razones jurídicas que sustentan el recurso ingresado?, las cuales se refieren a la vulneración de los derechos atingentes al animal como individuo de su especie. Esto se relaciona, entre otros puntos, por la no disponibilidad de un espacio adecuado a las necesidades de un orangután de borneo y, en consecuencia, ausencia de enriquecimiento ambiental presente en el área que habita. 

“Sandai subsiste en su soledad en un recinto circular que parece ser de unos 15 m2 aproximadamente (en comparación a los 730 m2 de Colonia), con apariencia de quincho cerrado. Su altura ronda los 5 metros, y los visitantes pueden observar a SANDAI desde un primer nivel -esto es el nivel de llegada-, y un segundo nivel al cual es posible acceder mediante una rampa. Este recinto circular cerrado es adyacente a un patio de confinamiento en el cual se encuentra privados de libertad dos tigres de bengala, los cuales son depredadores naturales de los orangutanes. En razón de lo anterior, Sandai se encuentra regularmente separado de dos depredadores naturales mediante una pared”, enfatizó al respecto Justicia Interespecie en un informe que da cuenta sobre la vida del animal y al cual pudo acceder epanews.cl. 

Es importante comentar que surge la pregunta en cuanto a si se constituye un eventual caso de maltrato animal por omisión la situación antes descrita, respecto al estrés ocasionado a ambos animales de convivir con quién es el depredador o presa en el hábitat natural, el abogado Diego Plaza, de la Fundación Justicia Interespecie, comentó: “es muy interesante el punto, de hecho muchos abogados sostienen esa tesis. No se ha probado y podría generar cierta resistencia en los tribunales, pues el maltrato animal tiende a ser identificado con circunstancias para un individuo no humano que significan maltrato pero asociado a animales de compañía. Es una tesis interesante, donde hay argumentos para sostenerla, pero los tribunales deben pronunciarse en torno a ellas ojala en un futuro no muy lejano”, mencionó Plaza.

Asimismo, en cuanto al escenario dónde día a día Sandai vive su vida desde la fundación reseñada mencionan: “huelga decir que su lóbrego habitáculo no se asemeja al hábitat natural del que una vez estos individuos fueron inicialmente arrancados, donde otros orangutanes ejercen la libertad y autonomía para decidir por ejemplo adónde ir en busca de su fruta favorita, el durian. Los largos brazos de Sandai no encuentran árboles en el zoo Buin a pesar de que los orangutanes pasan más del 95% de su tiempo en los árboles. Viajan por los árboles, viven en los árboles y buscan comida en los árboles. Sandai vive en un recinto totalmente inadecuado, privado de la libertad y autonomía personal que corresponde a su especie, en condiciones de aislamiento total”.

En este escenario, aclaran desde la entidad patrocinante, no sólo el Buin Zoo es responsable sino también el SAG. “Este organismo emitió diversas resoluciones y actos administrativos referentes a la internación de Sandai al territorio nacional, dónde se vulneraron sus derechos de libertad y, asimismo, lo estipulado en la Convención CITES. Esto porque esta última establece que los animales que están en el listado del anexo I, de máximo peligro de extinción, no pueden ser importados con fines primordialmente comerciales, sin embargo, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) autorizó la importación de Sandai al Buin Zoo- que es una sociedad anónima cerrada, con fines comerciales y mercantiles que le es inherente según nuestro ordenamiento jurídico-“, enfatizó el abogado Diego Plaza.

Cabe señalar que Sandai nació bajo  cautividad en el zoológico de Colonia, Alemania el día 20 de agosto de 1993, sus progenitores fueron  Tuan y Lotti. Fue superado de sus padres muy joven y criado por personal del zoológico, lugar dónde pasó 10 años para ser transferido al zoológico francés de Palmireel 2003 y este último derivó a Sandai al Buin Zoo en Chile durante el 2014. 

También es relevante consignar que el habeas corpus presentado ante la Corte de Apelaciones de San Miguel cuenta con el apoyo del  afamado filósofo australiano, Peter Singer; el primatólogo experto en orangutanes, Leif Cocks, y el ex ministro de la Corte Interamericana de Derecho Humanos y de la Corte Suprema Argentina, Eugenio Zaffaroni. A ellos, se suman destacados académicos del derecho y la filosofía, como los autores de la “Declaración de Toulon”, Cédric Riot y Caroline Regad; el filósofo español, Oscar Horta; el Doctor en Derecho y profesor de la Universidad de Concepción, Alfonso Henríquez, y la abogada española, Ana María Casadiego del Centro de Estudios de Derecho Animal CEDA Chile. 

En definitiva, una historia de lucha para lograr la liberación de Sandai  y su traslado a un santuario en Brasil que escribe un capítulo más con la esperanza, dicen sus protagonistas, de lograr más temprano que tarde el objetivo final y por el cual no descansarán hasta que este sea realidad. 

#MIRADANACIONAL Impulsores de la campaña «Libertad para Sandai» critican pedido de ayuda del Zoo de Buin por COVID 19