Emprendimiento instala boyas con inteligencia artificial para ayudar a la fauna marina a través de la detección sonora

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Desde Valdivia, la empresa de base científica Acústica Marina busca eliminar los niveles de contaminación que afectan actualmente a más de 800 especies marinas a través del uso de inteligencia artificial. 

Según palabras del Secretario General de Naciones Unidas, António Guterres, en su último informe sobre los océanos y el derecho al mar, “la situación de los océanos nunca ha sido tan peligrosa como ahora”, por esto es fundamental tomar medidas para revertirla. 

Por esta y otras importantes razones que afectan la fauna marina, es que el emprendimiento liderado por la bióloga marina Marcela Ruíz y un equipo de profesionales transdisciplinario se encuentra instalando las boyas submarinas en la localización de Chungungo, La Serena.

Acústica Marina con sus estaciones para medir y monitorear el ruido submarino mediante versátil tecnología,  logra que sea interpretado en diferentes aplicaciones, para la conservación de los océanos y su biodiversidad.

“Nuestro trabajo está enfocado en aportar soluciones tecnológicas para la salud y sostenibilidad para mares y océanos, desde la mirada del triple impacto, donde se genere valor económico, social y ambiental, en la década de las ciencias oceánicas para el desarrollo sostenible”, señala Marcela Ruiz, bióloga marina y fundadora de Acústica Marina.

En ayuda de la fauna acuática

Acústica Marina junto a la Compañía Minera del Pacifico, trabajan en conjunto para instalar las primeras “boyas inteligentes” en la zona de Chungungo, y así mapear el ruido submarino para ayudar a la fauna  y especies marinas. El objetivo es generar alertas a las embarcaciones cada vez que exista presencia de esta fauna que se pueda ver amenazada con su paso y además medir el impacto que causa el ruido submarino en las distintas especies, de esta forma levantar alertas y mitigar el ruido marino.

¿Por qué es importante ayudarlos?

Según la Organización World Wide Life, las ballenas que son propensas a chocar con embarcaciones, son fundamentales para la fertilización de los ecosistemas marinos, de hecho también contribuyen a combatir el cambio climático, porque en promedio una ballena confina  la cantidad de carbono igual a 1.000 árboles.

Pero no sólo es fundamental cuidar a las ballenas, sino que es importante proteger de esta industria a toda la fauna acuática, pues gracias a ellos se mantiene el ecosistema marino y por lo tanto la vida tal cual como se conoce actualmente.

Acústica Marina aporta tecnología hidroacústica, soluciones para que la industria sea más sostenible y que los océanos también lo sean.

Conoce más en www.acusticamarina.com