#ANTOFAGASTA Preocupación por bajas fumarolas de Geysers del Tatio: apuntan a proyecto geotérmico boliviano como posible causa

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27 de Junio 2019

Algo está pasando en los Geysers del Tatio de San Pedro de Atacama, según el presidente de la comunidad indígena de Toconce, Leonardo Yufla, quien asegura que no tienen la misma fuerza de antaño, las fumarolas son más bajas y hay sectores que hoy están secos.

Pese a que no tienen estudios científicos al respecto, dice que se trata de pura evidencia empírica: “El campo geotérmico estaba activo en un 100%, pero ahora hay zonas sin agua. Los geysers se están afectando, de a poquito, el cambio se ve, la gente que trabaja allí lo nota. No tenemos estudios, pero lo vemos en el terreno”, aseguró a El Mercurio de Antofagasta.

El director del Centro de Excelencia en Geotermia de Los Andes (CEGA), Diego Morata, sostuvo que si las comunidades tienen esa apreciación, aunque no esté en estudios científicos, es un juicio válido y por tanto deben buscarse las explicaciones.

Consultados apuntan a las centrales geotérmicas, que producen electricidad a base del vapor generado por las profundidades de la tierra. Una de ellas podría ser la operación de Cerro Pabellón, de Enel y Enap, ubicada en Ollagüe a unos 50 kilómetros al norte del Tatio. El centro considera dos unidades de una potencia instalada bruta de 24 MW cada una por un total de 48 MW de capacidad y que en plena operación será capaz de producir alrededor de 340 MW al año.

Pero por la distancia, las posibilidades de que esté impactando al campo geotermal son bajas, dado que corresponden a dos sistemas independientes y sin conexión geológica entre ellos. Por otro lado, “en más de tres años de mediciones, no se ha observado variación de la presión reservorio geotérmico ni de la presión de los acuíferos superficiales”, explicó la compañía Geotérmica del Norte (GDN).

Proyecto en Bolivia

No obstante, hay otro proyecto ubicado mucho más cerca: Proyecto Geotérmico Laguna Colorada, a 28 kilómetros al oriente del atractivo turístico, específicamente en Potosí, Bolivia.

En abril pasado el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas del país vecino anunció la firma de un contrato para la construcción de la planta piloto de 5 MW, la que fue adjudicada a un consorcio integrado por Ormat International Inc., Sacyr Instrustrial Bolivia SIB y Sacyr Industrial SL.

Después viene el resto de las fases. La primera permitirá generar 50 MW de electricidad entre 2021 y 2022 y una segunda llegaría a los 100 MW en el 2023. Aunque esta energía irá a consumo interno, Bolivia quiere exportar energía eléctrica para reducir el consumo de gas, que, a su vez, luego podría exportar.

El problema, según consigna el diario antofagastino, “es que en Chile se desconocen los estudios ambientales de esa iniciativa y los posibles impactos. Para saberlo, habría que tener una investigación binacional, que hoy por hoy, con ambos países enfrentados por la fallida demanda boliviana por una salida soberana al mar y por las aguas del Silala, parece muy difícil”.

“Lo que pasa al otro lado de la frontera debiera preocuparnos porque es muy posible que estén conectadas y sean parte de un mismo sistema geotermal”, señala Diego Morata. Es decir, si todo estuviera efectivamente conectado, podría explicar lo ocurrido en Chile.

Y añade: “Bolivia puede hacer lo que quiera en su territorio, pero quiero creer que están haciendo las cosas bien, ellos tienen buenos ingenieros”.

Fuente: Emol.com