Tres ciudades francesas prohíben el foie gras, acusando maltrato animal en su producción

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El foie gras sufre un nuevo golpe en su reputación. Este símbolo de la gastronomía francesa –que hace años es criticado por el trato que se les da a las ocas de las que se obtiene– ahora ha sido prohibido por varios alcaldes franceses en sus recepciones.

El boicot es suscrito por las autoridades de ciudades tan importantes como Lyon, Estrasburgo y Grenoble, quienes son ecologistas. El producto, que en 2006 fue declarado patrimonio gastronómico nacional de Francia, ya ha sido prohibido en California, Sao Paulo y pronto lo será también en Nueva York. En tanto, en Dinamarca, Reino Unido y Australia su producción está vetada por el trato que se da a los animales para hipertrofiar su hígado, una práctica que en Europa solo está autorizada en Francia, España, Hungría, Rumanía y Bélgica.

Hasta ahora, Francia había quedado al margen del boicot, al considerar al foie un producto de tradición local, muy apreciado por los consumidores.

El nuevo boicot ocurre en un periodo clave del año, porque tres cuartos de las ventas del foie se producen en Navidad, ocasión en que el hígado de pato es uno de los platos fijos en la mayoría de los hogares franceses.

“Un golpe a la gastronomía francesa”

“Es un golpe a nuestro oficio, pero también a toda la gastronomía francesa”, asegura a EFE la presidenta del Comité Interprofesional del Foie Gras (CIFOG), Marie-Pierre Pé. Agrega que “no tememos por la caída de las ventas, pero sí por el daño a nuestra reputación. Es un ataque sin sentido, orquestado por gente radical que propugna una alimentación vegetariana extrema”.

La campaña contra el foie es impulsada por la asociación animalista PETA, que lleva años denunciando las condiciones en las que se trata a las ocas para inflar de forma artificial su hígado. Sus iniciativas tuvieron eco primero en la regidora de Estrasburgo, Jeanne Barseghian, quien a poco de asumir el cargo ordenó a sus equipos que se dejara de servir foie en las recepciones organizadas al considerar que atenta contra la política de bienestar animal. En tanto, la alcaldía de Grenoble fue más tajante: “Es un producto obtenido con las peores prácticas posibles. No es una tradición francesa, es una vergüenza para Francia”.

Esta semana Grégory Doucet, el alcalde de Lyon –la tercera ciudad más grande del país–también retiró de sus mesas el foie, porque “va totalmente en contra del bienestar animal”. Además, el regidor pidió a los restaurantes de la ciudad que redujeran o, incluso, que dejaran de servir ese producto”.

Los ecologistas tienen ahora sus ojos puestos en Burdeos, la ciudad más importante del sudoeste de Francia, origen de la mayor producción de foie del país. Su alcalde, Pierre Humic, también ecologista, por ahora no se ha pronunciado sobre el tema.

(Nota de la Agencia EFE)