Como ya es tradición, a las 12 hrs de este viernes 11 de marzo en dependencias del Congreso Nacional se llevará a cabo la ceremonia de cambio de mando donde el saliente mandatario Sebastián Piñera Echeñique le entregará la banda presidencial al ex diputado y otrora dirigente estudiantil Gabriel Boric, trasformándose de este manera el oriundo de la Región de Magallanes en el nuevo Jefe de Estado de nuestro país. Frente a este escenario, surgen interrogantes tales como ¿podemos hablar de un cumplimiento de los compromisos animalistas por parte del saliente gobierno, adquiridos durante la campaña presidencial del año 2017? y ¿cuáles deberían ser las prioridades de Boric en la materia?, preguntas que diversos actores del mundo de la protección animal respondieron tras las consultas de epanews.cl.
Bajo este contexto, si hacemos un balance de nuestro mundo actual, podemos decir que los derechos de los animales se han transformado en una temática prioritaria para la ciudadanía y a partir de la cual incluso se han denunciado diversas prácticas por el uso de animales y el maltrato animal que conlleva, como es el caso del rodeo o las carreras de perros galgos. Lo anterior ha generado que hace un tiempo ya los candidatos presidenciales presentan sus propuestas en la materia, no siendo la excepción el entonces abanderado de Chile Vamos Sebastián Piñera quién se comprometió si llegaba a la Moneda a enfocarse en la reconversión del Zoo Metropolitano en un EcoParque Educativo bajo el modelo de ZOOXXI, implementación de la nueva Ley de Tenencia Responsable (donde se plantea la continuidad del Programa Nacional de Tenencia Responsable, desarrollo de un plan de educación en tenencia responsable y elaborar y/o modificar los reglamentos relativos a la ley), modificación del status jurídico de los animales y desarrollar una agenda legislativa de protección animal.
Al reflexionar en torno a lo comprometido en la materia por Piñera al término de su gobierno, la mayoría destaca que, aunque faltó profundizar en el desarrollo de políticas públicas al respecto, se trabajó lo relativo al fomento de la tenencia responsable y el cuidado de animales de compañía. Así lo manifestó la abogada María José Chible, presidenta de la Fundación Arca, quien señaló: “las políticas públicas relacionadas a la protección y bienestar animal se centraron en las mascotas. Si bien hay que reconocer que esto se debió al mandato legal que se genera por la Ley de Tenencia Responsable, que fue aprobada por gobiernos anteriores, sí hubo un trabajo en la implementación de la misma, el que se observó en las capacitaciones que se hicieron a nivel regional y comunal. Sobre todo, quienes pudieron participar en el programa Mascota Protegida pudieron observar como – a medida que avanzó la gestión gubernamental – se fue evidenciando una preocupación por las regiones y el acceso de ellas – a través de las Ongs en ellas constituidas – a los fondos y las herramientas del programa. Junto con eso, hubo un par de iniciativas relacionadas al menú vegano que fue – en su oportunidad – apoyada por el Gobierno. Lamentablemente, como suele pasar, todo el grueso de iniciativas destinadas a la protección de la fauna silvestre o a los animales que se involucran en otras áreas de relación con ser humano pasaron a segundo plano”, indicó Chible.
En línea con Chible, Andrea Cazés, rescatista y presidenta de la Fundación Fight 4 Pits, reconoce en el trabajo del gobierno de Piñera una preocupación por la tenencia responsable. “En general como en todo gobierno hay logros y carencias, más aún respecto de un tema que no es de gran importancia para muchos:para mí los logros fueron la ejecución de los Fondos Concursables, el Reglamento de la Ley 21.020, la ordenanza tipo para las Municipalidades, que se amplió el campo de acción de las actividades relacionadas con la tenencia responsable, sólo por citar algunos. Y lo malo, que dado a la falta de recursos y falta de continuidad respecto de las campañas de esterilización se generó un grave perjuicio que derivó en el aumento de muchos cachorros”, dijo Andrea.
Otro elemento positivo, a juicio de la Fundación Franz Weber en Chile, referente a la tenencia responsable es que el gobierno saliente “fue capaz de fortalecer la presencia de médicos veterinarios en las municipalidades con el fin de dar capacidades a las instituciones edilicias para implementar esta política pública. También debemos mencionar que se logró entregar financiamiento a decenas de organizaciones de protección animal para promover la tenencia responsable a nivel de sociedad civil, entregando recursos para proyectos de esterilización, educación y control de nicho, entre otros”, manifestó el médico veterinario Rodrigo Morales, Director Ejecutivo de la instancia, en este sentido.
Pese a reconocer la priorización que se le dio al fomento de la tenencia responsable como eje de trabajo bajo el mandato de Piñera, Morales cuestionó fuertemente la promoción educativa del cuidado animal implementada en nuestro país. “Fue cuestionable los millones de pesos que se “invirtieron” en actividades como festivales de alta convocatoria, pero bajo impacto (PetPelusa) y lo poco que se destinó a priorizar la educación para la tenencia responsable como estrategia y motor del cambio de comportamiento de los tutores y tutoras de animales de compañía, donde sabemos que se encuentra la base del problema, pero también la clave para prevenir el abandono, la reproducción indiscriminada y el maltrato animal”, acotó el representante de la Fundación Franz Weber.
Asimismo Chible criticó que, a su juicio, durante los procesos de selección en los fondos concursables establecidos por la Ley de Tenencia Responsable hubo situaciones cuestionables. “Hubo poca transparencia que los cambios constantes generaron, la falta de actas que respaldaran los procesos de selección y de pautas de evaluación preparadas y objetivas, y en la poca experiencia funcionaria y pública de quienes integraron el equipo, la que se observa en infracciones a la probidad y a las obligaciones de transparencia e imparcialidad que poseen los funcionarios públicos, desconocidas en muchos casos por estos nuevos miembros de la Subsecretaria. Lo bueno, debe reconocerse, se plasma en una implementación efectiva del programa, que – críticas más, críticas menos – otorgó fondos a organizaciones sociales que llevan adelante un sinnúmero de proyectos que otorgan mayor bienestar a la ciudadanía y a los animales no humanos con los que se comparte. Destaca en ese sentido, el esfuerzo que se hizo por llegar a regiones distintas de la Región Metropolitana”, puntualizó la representante de la Fundación Arca.
En cuanto a otras materias asociadas a los animales, Juan Carlos Oróstica, presidente de la Fundación Gestión Ética para la Dignidad Animal GEDA Chile, precisó: “en el gobierno de Piñera no hubo grandes avances por los derechos de los animales, por el contrario, se disminuyeron todos los fondos de la Subdere para el programa mascota protegida y se defendió siempre el rodeo y otras tradiciones que involucran maltrato animal”, mencionó Oróstica.
Una visión similar a los compromisos de Piñera en la materia manifestó Marysabel Pavéz, egresada de derecho y asociada a la Fundación Derecho y Defensa Animal, quién enfatizó: “consideramos que la agenda propuesta no se cumplió, tampoco fue prioridad en el gobierno de Piñera. A mayor abundamiento, se trabajó y lanzó a principios de este mes la “Estrategia nacional de tenencia responsable de mascotas como una estrategia para la conservación de la biodiversidad” que apuntó a materias conservacionistas y en la que no fueron convocadas organizaciones animalistas en su elaboración”, precisó Pavéz.
En esta misma línea, desde la Fundación Franz Weber Chile reflexionaron: “más allá de la tenencia responsable, el mandato de Piñera no tuvo la capacidad de articular, coordinar, ni realizar un correcto seguimiento de la política pública en la materia, no logrando avanzar en ninguno de los otros puntos relacionados a la Reconversión del Zoo Metropolitano, modificación del status jurídico de los animales y desarrollar una agenda legislativa de protección animal, concreción de un programa de reemplazo de los animales de trabajo en las ciudades y constitución de un equipo de trabajo especializado que tenga como responsabilidad la coordinación, seguimiento y monitoreo de la Agenda de la Protección Animal. Volver a desarrollar una agenda en estas materias será un importante desafió a abordar en el futuro gobierno de Gabriel Boric”, dijo el médico veterinario Rodrigo Morales.
¿Qué prioridades debería establecer el nuevo Gobierno respecto a los derechos de los animales?
Frente a esta interrogante, la abogada María José Chible mencionó: “el mandato de Boric debería enfocarse en proteger a los animales no humanos desde una mirada ecocéntrica, valorarlos como seres sintientes, teniendo el cuidado de promover una regulación integral que asegure el desarrollo de nuestro país buscando ecosistemas urbanos y rurales saludables y diversos. En ese sentido, si bien es valorable la intención de reconocer la sentiencia de los animales, igual de importante es dar el paso que falta en la protección de la fauna silvestre la que hasta el día de hoy se presenta como el hermano olvidado de los animales no humanos y cuyo reconocimiento y protección cambia de forma más sustancial la definición de sociedad que poseemos. Verdaderamente relevante y vanguardista sería la promoción de normas que resguarden la subsistencia y el bienestar de los animales silvestres, generando limitaciones al desarrollo futuro del ser humano, incluyendo directrices relacionados al desarrollo de la urbanización, de los recursos naturales, del desarrollo vial, de la administración y gestión de los servicios básicos, actividades industriales, entre otras”, mencionó la profesional.
Por su parte, Gabriela Acosta, activista vegana y egresada de derecho, hizo un llamado a Boric y su equipo a cumplir las promesas de su programa presidencial e incentivar la alimentación basada en plantas, esto último a causa de los beneficios para los animales y las personas. “Me gustaría que Gabriel cumpla efectivamente con su programa referente a los derechos de los animales, donde habla por ejemplo de la tenencia responsable, control reproductivo, prevención del abandonoy el apoyo a las organizaciones de protección animal; también habla del reemplazo de la tracción a sangre , la conversión de los zoológicos y modificaciones a ciertas leyes como es el caso de la de protección animal 20380”, señaló Acosta.
Rodrigo Morales, de la Fundación Franz Weber, hizo una invitación a que veamos los procesos en perspectiva. “En relación al gobierno de Boric, esperamos que la prioridad más que ponerlas en tales o cuáles especies esté en general enfocada para la generación de una estrategia política -que tenga participación ciudadana, trabajo intersectorial y aportes interdisciplinarios- cuyo aporte sea sentar las bases y avanzar en una institucionalidad sólida que tenga como norte el cumplimiento del programa presidencial”, expresó el experto.
Bajo esta temática, un elemento tranversal en el análisis de los diversos actores del mundo de la protección animal es ligar el trabajo de la Convención Constituyente con el desarrollo del gobierno de Boric. “El nuevo gobierno, creemos, deberá enfocarse en los resultados de la nueva Constitución y sellar que los animales sean considerados seres sintientes y con derechos. Para ello, se debería dar prioridad a los proyectos que modifiquen leyes y en lo más puntual , de acuerdo a sus propios compromisos, debería llevar a cabo la erradicación de la tracción animal”, mencionó Oróstica en representación de GEDA.
Complementando lo anterior, el director ejecutivo de la Fundación Franz Weber dijo: “tenemos la convicción de que los derechos de los animales van a ser reconocidos en la Constitución y, por lo tanto, va a quedar establecido el deber estatal de proteger a los animales: por eso el gobierno de Gabriel Boric debe desarrollar su agenda programática en concordancia con estas nuevas coordenadas de la Carta Fundamental. Lo uno va a fortalecer a lo otro”, puntualizó Morales.
A la larga, la lucha por los derechos de los animales continuará en un escenario de efervescencia social donde el desafío radica en saber no sólo expresar nuestras demandas a favor de los animales discursivamente sino lograr posicionarlas en el espacio público para que así sean escuchadas por las autoridades y podamos, de forma paulatina, ir construyendo una sociedad más empática a favor de todos los animales.
