#TENDENCIAS La historia de Martina Orrego y su apuesta por un mundo con más conciencia pro animal

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Generalmente en las noticias y a través de las redes sociales podemos enterarnos de casos de niños que presentan un rendimiento académico destacado o tienen habilidades importantes en ciencias o algún deporte, pero también es posible encontrar menores que buscan en su día a día jugársela por los animales. Un ejemplo de aquello es la historia de Martina Orrego Velásquez, una chica 9 años y estudiante del Colegio Alemán de Valparaíso sede Viña del Mar, quién en su día a día busca generar un mundo con  empatía hacia los animales.

El amor a los animales de Martina, de acuerdo a lo señalado por su mamá Claudia Villegas, viene en los genes familiares de ambos padres. “En mi casa nosotros siempre tuvimos perros cuando yo era niña, siempre fue a nivel de mascota y nunca como un miembro más de la familia. Entonces, los perros siempre estaban en el patio y eso me hizo ruido porque, a lo mejor, yo tenía una sensibilidad especial con otros seres pero nunca lo desarrollé; después conocí al papá de Martina, que siempre ha amado a los animales, especialmente los perros, y él me trasmitió mucho de eso porque pololeábamos: andábamos en la calle de la mano, me compraba un completo y el otro era para todos los perros que nos seguían detrás”, explicó al respecto Claudia Villegas, en entrevista con EPA news.

Martina juega con sus animales

Hoy en día  Martina junto a su familia viven con 9 perros, quienes todos los días reciben el cuidado y cariño que todo animal necesita. Una tarea en que la menor cumple un rol importante, encargándose de su alimentación y el agua además de jugar intensamente con ellos.

“A mí me comenzaron a gustar los perros y animales en general, porque a mis papás les gustaban mucho a los animales y en mi casa yo siempre estaba con animales, sobre todo con perros. Jugaba y hacía casi todo con ellos, eso hizo que me gustarán harto.A mí me gustaron mucho, porque mis papás siempre decían que los animales eran muy importantes y expresaban  cosas muy importantes sobre ellos”, comentó Martina, al ser consultada cómo en su vida se formó el cariño hacia el otro animal.

Los animales en la vida de esta niña de 9 años son seres vivos que debemos respetar siempre. “Para mí los animales son seres vivos que uno tiene que cuidarlos y debe quererlos. Siempre tenemos que pensar en lo mejor para ellos y no para nosotros: por ejemplo, si queremos mucho a un pájaro, hay que saber que esos animales no están realmente felices y es mejor que ellos estén en su hábitat natural”, dijo la niña.

El cariño que tiene Martina hacia los animales  busca trasmitirlo a sus compañeros de colegio, para de ésta forma lograr que la empatía pro animal aumente a su alrededor.

Cada Navidad Martina se preocupa de hacerle una carta al Viejito Pascuero, no sólo pensando en sus regalos sino también pide para sus hermanos perros. Ella es hija única

“En el colegio me gusta comentarle a mis compañeros lo divertido y bueno que puede llegar a ser adoptar un animal, también para mi cumpleaños, cuando cumplí 8 años, no pedí regalos para mí sino que me dieran comida para perros, me llegó harta y la fuimos a dejar donde la amiga de la Nina que ella rescata perros. A mí me regalaron una polera, que a mí me gusta mucho porque tiene un perrito y dice Adopta, la suelo usar mucho y la llevó a todas partes”, comentó Martina al respecto y luego acotó: “cuando la uso (la polera) ayudo a promocionar que la gente adopte y no compre, porque yo creo que adoptar es mejor que comprar pues comprar es como adquirir un objeto y un animal no es un objeto. Adoptar es cuidar para la vida y querer al ser vivo que se adopte, cuidarlo siempre”, indicó Martina en ese sentido.

Bajo este contexto, una de las preguntas que surge es ¿cómo ha sido la recepción de los compañeros de curso de nuestra protagonista?, interrogante que Martina responde de la siguiente forma: “ellos sienten ternura de alguna forma (hacia los animales), pero yo siento que ellos piensan que los animales son tiernos solamente y no se preocupan de los cuidados de ellos como el alimento, amor y el dinero que se necesita. Ellos piensan que sus papás van a poder pagar todo y no se preocupan de ellos, también ellos (sus compañeros) quieren a los animales cuando son pequeños y cuando son grandes es como si no existieran – a casi todos les gusta los animales pequeños porque son tiernos y cuando crecen ya no puedo cargarlo o no tienen la misma habilidad para jugar con nosotros y ahí es cómo que no existen-“, precisó la menor.

Los animales en cautiverio es una de las grandes preocupaciones de Martina, pues considera que ellos deben vivir en su hábitat natural y no enjaulados. Un pensamiento que la ha llevado, incluso, a tomar la decisión de no asistir a los tradicionales paseos de curso cuando éstos tienen como destino un zoológico o acuario.

“Cuando mi curso hace paseos para ir a zoológicos yo no voy, no me gusta la idea porque pienso que los animales tiene  que ser libres y ayudados – como a los perros, que sería bueno que no estuvieran tanto en la calle y fueran adoptados y cuidados-. Quiero que los animales salvajes sean libres en su hábitat, también pido que el tema de la caza tenga más reglas y eso ayudaría a que no hubiesen tantos animales en peligro de extensión – así junto con ayudar a los animales, ayudaríamos al planeta-“, nos cuenta Martina, mientras a lo lejos se escucha unos ladridos de perro.

Esta son algunas de las ilustraciones que Martina realizó en un taller de ilustración 3d. Un ejemplo de sus dos pasiones, animales y moda

El amor a los animales Martina lo combina con otra de sus pasiones, la cual es la moda y lo que la hace ir todos los años al evento Pasarela Valparaíso junto a su mamá. “Tengo un abrigo que no ocupo solamente para ir a los desfiles de moda sino también para otras situaciones, tiene hartos animales. Y ocupe un abrigo con piel de leopardo sintética este año, me gusta ocupar ese estilo de ropa porque también es otra forma de promocionar que la gente adopte y colabore con el tema de las adopciones y rescate”, indicó Martina.

Los próximos pasos de Martina es grabar un vídeo con su mamá, a través del cual se motive no sólo adoptar a un animal sino, también, en el contexto de la época navideña que se aproxima, invitar a que la gente done alimentos y recursos económicos a los rescatistas que necesitan de nuestra ayuda para seguir ayudando. “Con mi mamá acordamos hacer un vídeo para Navidad, donde saliera una de nuestras peludas y decir que sería bueno que la gente adopte para Navidad. Y si no puede adoptar, pueda cooperar con comida, medicamentos, ropa etc a los animalistas”, señaló la niña amante de los animales.

¿Cómo cultivar la preocupación por el otro?

Una de las preguntas que surge es ¿de qué manera se puede cultivar en los niños la preocupación por el otro y la cual se mantenga a lo largo del tiempo?, una respuesta que a juicio de Claudia, mamá de Martina, se relaciona mucho con el rol jugado por los padres y el apoyo dado a los menores.

Martina en un día de paseo a la naturaleza, en compañia de sus dos papás. Un hecho significativo para ella, pues sus padres son separados y es la ocasión en la que todos comparten un día de unión y felicidad familiar

“Se dice un niño es un niño, hay mucho tiempo en el fondo para qué diga quiero esto o no. Pero la verdad es que creo que en el caso de nosotros y de la Martina, sabe ella que cualquier idea asociada a querer a cambiar su entorno y el mundo y la cual sea social y positiva la vamos a apoyar: somos súper apañadores, porque sus papás hemos estado siempre en cosas muy sociales: hemos ido a marchas, la Martina a los dos años iba a las manifestaciones de Patagonia sin Represas, nosotros tenemos un círculo social donde somos voluntarios y entonces creo que los niños pueden cambiar su perspectiva en el camino cuando no encuentran apoyo, no ven en sus papás un partner que crea en sus proyectos de vida y en sus sueños personales.Si la Martina sigue demostrando su amor por los animales, que lo hace a diario pues les cambia el agua y les recoge la caca a sus hermanos además de cepillarlos, si sigue con eso los papás van a estar  siempre apoyando”, indicó Claudia en cuanto a la temática.

En definitiva, la historia de Martina nos demuestra la importancia de inculcar en nuestros hijos y/o familiares menores el respeto por los animales y su entorno, pues no sólo aprenderán tener empatía hacía el otro humano o animal sino también ayudarán a construir en su círculo cercano un mundo mejor para cada uno de nosotros. Tarea en la cual todos somos importantes, sin importad la edad o condición social.