Pese a contar con la autorización respectiva para aterrizar en Gran Bretaña junto a los 200 animales de su refugio, el ex marine británico Paul “Pen” Farthing y su equipo no pudieron pasar los controles talibanes en Kabul para acceder al aeropuerto de la capital de Afganistán y emprender el vuelo hacia Inglaterra a través de un vuelo charter especialmente contratado para la ocasión, financiado mediante donaciones de particulares. Según se informó, el vuelo salía a la 1: 30 de la mañana (hora local) de este jueves.
Todo iba bien rumbo al aeropuerto, con sólo dificultades menores de desplazamiento, para Farthing, los animales y su equipo hasta que llegaron a un control talibán cercano al terminal: allí se complicó todo. Pese a mostrar la documentación correspondiente y explicar el propósito de su viaje, fueron retenidos más de una hora por los militares y eso provocó que los ánimos se caldearán al punto de que los talibanes desfundaron sus armas dirigiéndolas hacia los miembros del refugio.
Después de algunos minutos de tensión extrema, el equipo de Farthing y los animales pudieron continuar su camino hasta llegar a las inmediaciones del aeropuerto, lugar que durante la jornada de este jueves ha vivido tres exlosiones a causa de ataques suicidas dejando como saldo más de 60 muertos, entre ellos 12 marines norteamericanos. Además de lo anterior, otra dificultad que han debido enfrentar los encargados del refugio son las altas temperaturas que deben afrontar y lo cual puede provocar un golpe de calor en los animales, para evitar aquello se está tratando de mantener a todos nuestros amigos peludos a la sombra.
Con el afán de acelerar la salida de los animales y los miembros de la Fundación Nowzad, Paul “Pen” Farthing suplicó a las autoridades talibanes facilitar los trámites respectivos. “Llevamos aquí 10 horas después de que nos aseguraran que tendríamos un pasaje seguro. Realmente nos gustaría irnos ya a casa”, dijo el ex marine a través de un mensaje de Twitter, donde además prometió que la ONG regresaría a Afganistán pero que ahora su objetivo era que todos estuviesen a salvo.
Es importante consignar que los animales del refugio reseñado algunos fueron rescatados desde las calles de Kabul y otros eran parte de las familias de soldados británicos, que han debido abandonar Afganistán durante las últimas semanas producto del avance talibán. Bajo este contexto, junto con la preocupación por el futuro de los animales rescatados por la entidad animalista, Farthing teme por el futuro de las jóvenes veterinarias ligadas al proyecto.
“No creo que haya palabras para describir lo que están sintiendo en este momento. ¿Qué le dices a alguien a quien, probablemente, le dirán que tendrá que casarse con un combatiente talibán y acabará viviendo en casa, sin que nunca se le permita salir y, simplemente, criando hijos con alguien a quien detesta absolutamente?”, explicó al respecto Paul.
En definitiva, es de esperar que Paul y su equipo puedan salir de Afganistán rumbo a Inglaterra a la brevedad posible, junto a los 200 animales que los acompañan. Muchos podrían decir que se debería priorizar a humanos sobre animales, pero a la larga ellos sienten igual que un humano y, en consecuencia, deben ser considerados ante crisis humanitarias y/o de emergencia en las tareas tanto de rescate como de evacuación.
