Una tierna historia se llevó a cabo el mes pasado en una ciudad de Canadá, donde un anciano can no vidente encontró hogar junto a su inseparable amigo y guía felino. Se trata de Spike y Mike, respectivamente, quienes fueron abandonados el mismo día en las afueras de un refugio y desde entonces se volvieron inseparables.
“Ambos tienen 8 años y no pueden estar el uno sin el otro. Máx se volvió su guía y no deja a Spike para nada en absoluto. Lo lleva por las rutas más seguras e incluso ha desarrollado ciertos signos de comunicación: ronroneo corto o largo, tocar una o dos veces con la pata, un “miau” prolongado o un chillido”, comentan los voluntarios del refugio en Alberta.
Asimismo informaron en algunos medios en Internet que por el estrecho vínculo entre los animalitos debían ser adoptados juntos si o si.
“Estamos muy contentos que el aviso haya sido bien recibido y los hayan acogido a ambos. Le espera un hermoso hogar”, cierran.
