2 de Agosto 2020
Un 2 de agosto, pero hace tres años, la Ley de Tenencia Responsable fue publicada en el Diario Oficial y con ello la norma se transformaba en una ley de nuestro país. Un hecho que si bien ha conllevado una serie de cambios en lo relativo al tratamiento de la tenencia responsable de animales de compañia, como es el caso de la prohibición de la matanza como método de control poblacional, todavía hay un sin fin de aspectos deficientes en su implementación y dónde un ejemplo de aquello es el componente educativo.
De acuerdo a lo señalado en la Ley de Tenencia Responsable, específicamente los artículos 3, 8 y 9, los Ministerios de Interior, Educación y Salud deberán promover una educación ciudadana asociada a la tenencia responsable, dónde incluso lo anterior podría reflejarse en orientaciones curriculares emanadas desde la entidad ministerial correspondiente. Lo anterior también es abordado en el reglamento de tenencia responsable correspondiente a la Subdere -inexplicablemente el reglamento del Ministerio de Salud todavía no es promulgado, a tres años de la ley 21.020-, sin embargo si pasamos de la teoría a la práctica el sabor que nos deja dicho ejercicio es más bien amargo.
En efecto, vemos que actualmente la educación a la ciudadanía promoviendo la tenencia responsable es desarrollada, en cuanto a las autoridades, solamente por el Ministerio del Interior a través del Programa de Tenencia Responsable de Animales de Compañia, dependiente de la SUBDERE, de forma parcial.
Si bien se han implementado, desde el PTRAC, iniciativas como una plataforma de capacitación para un grupo de actores sociales asociados a la protección animal y de forma constante se publican gráficas referentes no sólo al cuidado animal sino, también, cómo denunciar el maltrato animal, persiste un problema: no se llega con el mensaje a toda la ciudadanía, la cual muchas veces no cuenta con un acceso constante a internet para ver el trabajo educativo del programa gubernamental o no tiene un conocimiento previo que le permita entender fácilmente el contenido difundido.
Respecto a los Ministerios de Salud y Educación, simplemente brillan por su ausencia. Estamos de acuerdo que todos los esfuerzos hoy en día están enfocados a enfrentar la pandemia del coronavirus, pero lo anterior es de hace unos meses y la ley cumple 3 años desde su entrada en vigencia.
La nota positiva de la jornada nuevamente es protagonizada por la sociedad civil a través de los grupos de protección animal, a lo largo de Chile, quienes con esfuerzo, creatividad y pasión han logrado implementar destacados proyectos que buscan crear una conciencia pro animal en grandes y chicos. Es verdad, muchos de esos proyectos se han financiado a través de los fondos concursables de la Ley de Tenencia Responsable, pero más allá de lo anterior -que es positivo- la problemática de fondo es: la ciudadanía asume la tarea principal de la educación en pro de los animales, dónde el Estado colabora desde un rol secundario en vez de generarse al revés dicha interacción entre la gente y el Estado.
En definitiva, el desafío que vislumbramos es que a nivel de política pública no sólo se exprese retóricamente la necesidad de la tenencia responsable sino, también, se exprese con acciones concretas de todos los entes gubernamentales involucrados. Un proceso que para lograrlo es clave el empoderamiento ciudadano, algo posible de lograr con un activismo informado.
