Al igual que otros fines de semana Valentina Oyarce Allen junto con su marido acudieron hace un par de semanas a recorrer la Laguna Señoranza, situada en la comuna de Laja correspondiente a la Región del Bío Bío, en compañia de su perrita. Un paseo de relajo y entretención que, de un minuto a otro, se convirtió en una instancia de ayuda y empatía hacia el animal abandonado protagonizando un emocionante rescate.
“Estábamos caminando cuando vemos a la perrita que estaba sentada y temerosa ,se le veían unos hilos (pertenecientes a la soga) que colgaban de su cuello. Mi esposo la observó primero y me dice que lo peor es que tiene la soga incrustada en su cuello; entonces decidimos ayudarla pues no podíamos dejarla así”, recuerda Valentina Oyarce, rescatista independiente, en entrevista con EPA news. Sin dudarlo decidieron ayudar al can abandonado, dejando a la perrita de ellos en el vehículo como primera medida.
Tras ello comenzaron lentamente a acercarse a la perrita, hablándole y ofreciéndole comida con el fin de generar la confianza necesaria para llevar a cabo el rescate. De ésta manera pudieron soltarle una p
arte de la soga, que se encontraba incrustado al cuello del animal, cortándolo con una cortaplumas.
Luego de aquello la perrita sale corriendo, no logrando ser pillada por el matrimonio. A pesar de que la buscaron intensamente durante la tarde y en la noche, no lograron atraparla hasta el día siguiente pudiendo así ser trasladada a un veterinario que evaluó su estado de salud y le procedió a extraer la soga presente en el cuerpo del animal.
Aprovechando la ida al veterinario, se esterilizó a la perrita donde el útero del animal daba cuenta de que recientemente había tenido cachorros. Tal como sucede con una gran cantidad de animales, lamentablemente, se presume que ellos fueron abandonados en algún punto de la comuna.
“Lo único que quiere la perrita es una segunda oportunidad para vivir y ser feliz, ella tiende a confiar mucho: independientemente de que ese día estaba con un cordel que le estaba estrangulando su cuello, ese día cuando me acerqué a hacerle cariño se dejó. Con sus ojitos me decía por favor sálvame y ayúdame, porque ella tenía mucho dolor”, comentó Oyarce, en cuanto a la forma de actuar de la perrita.
Si bien todos quienes participaron en el rescate, entre los cuales podemos mencionar la colaboración de Trawa Kalen, están felices por el resultado exitoso hay un dejo de amargura: la falta de solidaridad y empatía hacia la perrita salvada, por parte de las personas que se encontraban el día 8 de Julio en el Lago Señoranza.
“Nadie se acercaba a ayudar, necesitaba tomar a la perrita y no podía, había mucha gente en la laguna y atinaban a sólo mirar y decir pobrecita. Toda la gente pasaba por el lado y nadie hacía nada. A pesar del daño y la indiferencia que nosotros los seres humanos muchas veces practicamos a los animales, ellos están dispuestos a darnos una oportunidad para que le demos una casa y los cuidados necesarios”, indicó Valentina al respecto.
Bajo este contexto, explica Oyarce, el aporte de Marcela Retamales fue fundamental en el proceso de rescate. Esto pues “es una persona tremendamente importante para la comunidad en cuanto a la ayuda para los animales. No habría sido posible el rescate y sacarle la soga, porque fue ella la que lo logró encontrar al día siguiente de cuando no pude dar con la perrita. Ella ayuda siempre incondicionalmente sin esperar nada a cambio, a la hora que sea”, acotó la rescatista.
Actualmente la perrita se encuentra en hogar temporal y está buscando una familia responsable que la pueda adoptar. Es un can joven, de tamaño mediano, se encuentra esterilizada y se lleva bien con otros animales.
Si desea adoptar, favor contactarse con Valentina Oyarce en el celular +56956475967.
Colaboración: Carolina Reyes Saavedra.
