#ARGENTINA La historia de Pelusa, la elefanta que soñó con su libertad en el Zoo de La Plata

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Tristeza y emoción son algunos de los sentimientos que primaron durante la jornada de este lunes en el Zoo de La Plata, Argentina, y el mundo entero tras conocer el deceso de la elefanta Pelusa, animal símbolo del lugar, a causa de Pododermatitis crónica que la aquejaba desde el año 2014 y lo cual le impedía mantenerse en pie. Un animal nacido en cautiverio y que soñó siempre con su libertad, la cual estuvo a meses de poder concretarla mas la historia quiso otro destino.

La historia de Pelusa comenzó a escribirse el año 1966 cuando nace en el Zoo de Hamburgo, Alemania, bajo el régimen de cautiverio animal. A los dos años es separada de su madre y trasladada al Zoo de La Plata, Argentina. En ese lugar pasaría el resto de su vida.

El año 2014, en exámenes veterinarios de rutina, se le detecta al animal  Pododermatitis crónica, lo cual corresponde a una enfermedad muy presente en los paquidermos y la cual se manifiesta, principalmente, en las patas del animal generando como resultado no solamente mucho dolor sino también dificultades para caminar e incluso mantenerse parada. Dicha enfermedad, en el caso de Pelusa, se registraba en sus patas traseras y, producto de lo anterior, reposaba parada y no acostada como lo hacen generalmente los elefantes.

A juicio de los especialistas, la pododermatitis crónica  es una “afección  que es frecuente en elefantes asiáticos de su edad, especialmente si vivieron en cautiverio sobre un suelo inadecuado y sin posibilidad de caminar las distancias que necesita su especie, al menos un promedio de 10 kilómetros por día”, consigna el sitio Crónica de Argentina explicando que, recién durante el año 2015, se estudió el ambiente en el cual día a día vivía el elefante.

El suelo que pisaba era de cascotes, un material que con el pasar del tiempo dañó las patas del animal provocandole artrosis y una posterior afección. Junto con lo anterior, el animal vivió gran parte de su cautiverio en soledad a pesar de la característica de sociabilidad de los elefantes, lo cual también perjudicó la salud de Pelusa.

Todo lo anterior fue motivo para que diversas organizaciones del mundo de la protección animal argentina y mundiales alzaran la voz solicitando la liberación de Pelusa, propósito que se expresó a través de marchas y lobby ante las autoridades. Luego de múltiples gestiones y con el apoyo de la Fundación Franz Weber, se comenzó a coordinar el traslado de Pelusa al  Santuario de Elefantes de Chapada do Guimaraes, en el Mato Grosso brasileño, desarrollado por Elephant Voice.

A pesar de los esfuerzos por lograr estabilizar a Pelusa y prepararla para el viaje al Santuario de Elefantes , este último fin de semana las alarmas se encendieron. El animal se echó mientras su salud se debilitaba con el pasar de las horas, siendo un ejemplo de aquello sus exámenes tanto de orina como de sangre  que demostraban un debilitamiento de su organismo.

Luego de evaluar el estado del animal y con el fin de que no sufriera, se decidió dejarla dormir para siempre. Se le administró una pastilla que ralentizó el ritmo cardíaco hasta que su corazón dejó de latir partiendo para siempre de este mundo y siempre soñando con la libertad que todo animal merece.

El deceso de Pelusa fue comunicado por el Santuario de Elefantes en Brasil, contando que se había obtenido los permisos necesarios con el objeto de hacer el traslado de Pelusa desde Argentina hasta su nuevo hábitat.

“La semana pasada tuvimos la alegría de comunicar que la licencia de importación de la caja de transporte de Pelusa había sido emitida y que ella había ganado peso desde que la tratadora Suz llegó a La Plata para trabajar con el equipo del zoo en su entrenamiento para el viaje. Nuestra esperanza, así como la de sus cuidadores y de toda la comunidad de La Plata era que Pelu pronto pudiera hacer su último viaje, para vivir como merecía, en compañía de otros elefantes, en el Santuario. Desafortunadamente, informamos, con una tristeza devastadora, que nuestra amada Pelu no consiguió. Hace algunos momentos que Pelu fue eutanasiada.Agradecemos todo el amor de ustedes por ella y el apoyo constante a los elefantes”, precisó el organismo a través de un comunicado.

Cabe señalar que actualmente en Argentina hay 9 elefantes en los zoológicos, sin contar a Pelusa. Sharima en Luján; tres en el ex  Zoo de Buenos Aires ( Mara -una paquiderma asiática que fue rescatada desde el  Circo Rodas) y las hermanas africanas Kuki y Pupi. En tanto, en el Zoo de Mendoza nos encontramos con “el macho asiático Tamy, la hembra africana Kenya, y las hembras asiáticas Pocha y Guillermina, mientras que en el de Entre Ríos está la hembra Merry, también oriunda de Asia”, acota el sitio Crónica.

En definitiva, una muerte de un animal en cautiverio que muere, como ha sucedido con otros, antes de alcanzar su libertad. Un propósito que puede parecer una utopía, pero el cual es posible.