Esta historia sucedió en el año 2018 pero es digna de recordar. Ocurrió en Pakistán cuando dos perritos cayeron a un profundo pozo: dos días después, al darse cuenta de lo ocurrido, el tutor de los canes trató de rescatarlos sin éxito debido a la profundidad del pozo.Según relataron algunos medios en internet, el hombre se dio cuenta que, junto a los cachupines, se encontraba una cobra altamente venenosa en ese país.
Al tratar de rescatarlos, notó además que, el reptil los mantenía alejados del agua y los estaba “como protegiendo”. Asimismo, dedujo que la serpiente debía estar hambrienta ya que quizás llevaba más tiempo que los cachorros prisionera allí, sin embargo, no les había hecho daño.
El asiático buscó ayuda y pudo rescatar tanto a los perritos como a la cobra, quien se mantuvo tranquila.
Los canes regresaron sanos y salvos con su madre perruna y, la cobra, fue liberada en su hábitat.
Esto me recuerda de una visita al zoológico cuando yo era niña y el impacto que me provocó ver a una serpiente encerrada en un pequeño cubículo a quien le habían puesto como presa, un ratón vivo. El animal se encontraba tan deprimido que se “hizo amiga” del roedor. Este hecho ya tenía precedentes y se ha sabido que sigue ocurriendo en distintas partes del mundo.
Historias como la de la cobra y los cachorros, nos hacen reflexionar sobre la solidaridad y la empatía de los animales entre ellos. Una lección que nos entrega un animal “supuestamente peligroso” quien fue capaz de cuidar de dos pequeños indefensos.
