Un particular cliente llega a diario a la panadería Morata, del barrio Ricaurte, en Ibagué, Colombia cuando siente olor a pan recién horneado.
Se trata de un caballo color chocolate, que desde hace algún tiempo comenzó a frecuentar el negocio. Este amigo peludo se ha convertido en una atracción para los lugareños, extendiendo su fama a otros sectores de dicho país.
Según relatan algunos medios en internet, no se sabe quién es su cuidador. “Lo que sí es seguro es que un buen día el caballo chocolate apareció frente a la panadería, asomó su trompa llena de dientes y le hizo guiños a los trabajadores, que no tuvieron más remedio que regalarle un pan, sin poderse resistir a la mirada inocente y risa contagiosa del animal”, se lee.
Desde ese momento, se convirtió en una rutina. Todos los días arriba a la puerta, entra la cabeza y espera a que alguien le pase su pan, ya sea del personal o un cliente.
Apenas llega, ciudadanos curiosos lo rodean y miran con ternura cómo devora el alimento. Luego da la vuelta y se va, a veces acompañado de otro equino de color blanco.
Aunque la historia es muy curiosa y ya hace parte del colectivo urbano, portales veterinarios señalan que el pan no es bueno para la salud de los caballos si se suministra de manera frecuente.
“Los alimentos frescos con levadura (como pan, pasteles o pastas de varios tipos) pueden crear problemas para el caballo. Si le das al animal un trozo de pan de vez en cuando, no pasa nada, sin embargo, una gran cantidad de estos alimentos administrados durante un tiempo prolongado puede crear hinchazón abdominal, con un riesgo grave de gas colónico. Presta atención porque el cólico es la principal causa de muerte de los caballos”, asegura la página mascotadomestica.com.
La buena noticia es que el reconocido equino solo se come un pan pequeño diario, y la información debe darse a conocer para que no le vayan a dar de más.
Por ahora, este peludo sigue causando alegría en Ibagué y convirtiéndose en la celebridad de ese sector de la ciudad.
