Animales de compañia: cómo orientar el desapego al volver a la presencialidad

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El regreso a la presencialidad, ya sea por trabajo o por estudios, es un tema relevante si se tiene un animal  que quedará solo en casa día a día. Sin duda, la pandemia ha generado que los lazos con ellas se hayan estrechado, ya que se ha pasado gran parte del día conviviendo bajo el mismo techo y, ahora, la vuelta a la presencialidad podría generar algunos trastornos en su conducta al permanecer largas horas sin compañía.

Francisco Arias, Director de Carrera de Medicina Veterinaria de UDLA Sede Viña del Mar, comenta que esta situación debe considerarse al momento de volver a las labores cotidianas, sobre todo teniendo en cuenta que hace algún tiempo se creía que salir de casa sin que nuestro animal se diera cuenta era lo más correcto. Sin embargo, de acuerdo con los actuales conceptos de bienestar animal, esta metodología está errada.

“Debemos comenzar con pequeñas salidas en las que nuestro peludo nos vea retirarnos y luego volver dentro de un tiempo corto. Con esto se acostumbra a que salimos y regresamos a casa y, por lo tanto, el sentimiento de abandono se ve disminuido. Estas salidas deben ir alargándose en tiempo para que la costumbre sea paulatina”, explica el académico, quien agrega que una vez que se esté en el hogar, se debe interactuar con los animales, saludarlos, acariciarlos, conversar con ellos y sacarlos a pasear, hábitos que deben ser constantes, de modo que ellos vean como un refuerzo positivo la llegada de su tutor al hogar.

Aparte de los cuidados básicos para los animales , como disponer de agua fresca, alimentarla dos o tres veces al día y resguardarla del frío y el calor extremos, el médico veterinario dice hay que tener ciertas consideraciones importantes para que se sientan mejor durante la ausencia de sus tutores: tenerles huesos para que puedan masticar (así no muerden objetos del hogar), juguetes y utensilios diseñados para que al manipularlas busquen alimento. Es importante ir proporcionando estos juegos y entretenciones paulatinamente, y no dejárselos todo el día y todos juntos. Se debe ir variando cada día y quitárselos al llegar a casa, así se evita que se aburran de ellos y cada día será una nueva experiencia que los mantendrá contentos, disminuyendo su ansiedad por la separación.

El académico de UDLA explica que un perro o gato  que está teniendo trastornos de desapego y estrés generados por la falta del tutor en el hogar, por lo general, tendrá conductas inapropiadas. Por ejemplo, puede hacer destrozos, lamerse las patas generándose heridas, marcar territorio más de lo habitual o en lugares que antes no lo hacía, ladrar de manera excesiva o deambular en círculos. Además, se puede apreciar cambios en su estado de ánimo, en el pelaje, apetito (comer mucho o estar anoréxicos) y en el carácter (puede llegar a estar tímido, temeroso o agresivo).

“Si vemos que ya hay indicios de cambio de conducta o estrés en nuestra mascota por el desapego, la indicación principal es llevarlo a un médico veterinario especialista en conducta, denominado etólogo veterinario”, recomienda el profesional.