Zona sur del país registra el doble de partículas plásticasen sus costas en comparación al centro-sur

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En enero de 2024, un equipo de científicos y estudiantes de la Universidad San Sebastián, liderado por la Dra. Karla Pozo, llevó a cabo la primera expedición científica del yate-escuela “Centinela I”. Esta misión, que abarcó desde Puerto Montt hasta Concepción, se centró en medir y analizar la presencia de microplásticos en las aguas costeras de Chile, y en particular, identificar el aporte de los ríos de la zona centro-sur en la exportación de microplásticos hacia el sistema costero.

La expedición logró recolectar muestras de agua en la desembocadura de seis ríos clave en la zona centro-sur de Chile: Valdivia, Imperial, Biobío, Llico, Maullín y el Golfo de Ancud (Puerto Montt), utilizando técnicas avanzadas de muestreo y análisis. Los resultados preliminares indican la presencia de partículas plásticas en todos los sitios muestreados, con concentraciones que oscilan en un rango 10.000 y 80.000 partículas por kilómetro cuadrado.

Un hallazgo significativo fue la diferenciación zonal en los niveles y características de los microplásticos encontrados. En la zona sur, se registraron abundancias de hasta 39.000 partículas por kilómetro cuadrado, el doble de la cantidad encontrada en la zona centro-sur. Además, en el sector sur del país se identificó una mayor variedad de colores y tamaños de microplásticos, predominando polímeros como el tereftalato de polietileno (PET) y el polietileno (PE). La zona centro-sur, por otro lado, presentó una prevalencia de partículas más pequeñas, entre 0.5 y 2.5 mm, así como altos porcentajes de polímeros diferentes a los de la zona sur, dominando los polímeros conocidos como poliepóxidos y acrílico.

Los resultados obtenidos están probablemente influenciados por la actividad industrial presente en ambos sectores de Chile. Mientras que al norte se localizan varias industrias de celulosa aledañas al Río Biobío y Valdivia, en la zona sur destaca la alta presencia de actividad acuícola. Previamente, en otros países, investigadores han identificado la importante influencia que tiene la salmonicultura en la contaminación plástica de los océanos.

Por ejemplo, se ha estimado que la piscicultura en Noruega podría liberar más de 4 mil toneladas de microplásticos anualmente al medio marino. En dichos estudios se ha identificado una relación entre la presencia de plásticos livianos, resistentes y flexibles como el PET y PE e instalaciones vinculadas al cultivo del salmón. Sin embargo, estos polímeros también se utilizan en variados productos, como botellas, bolsas, envases de alimentos, textiles, etc. Teniendo en cuenta estos datos, comprender las posibles fuentes de contaminación es vital para reducir el impacto en el ecosistema marino de la contaminación por plástico.

La presencia de microplásticos no solo amenaza la vida marina, sino que también puede tener efectos adversos en la salud humana. Los microplásticos pueden ser ingeridos por el zooplancton, afectando toda la cadena alimentaria hasta llegar a los peces consumidos por humanos. Investigaciones previas han demostrado que los microplásticos pueden causar daño tisular, estrés oxidativo y alteraciones metabólicas en los organismos marinos.

Desafíos y próximos pasos

La expedición “Centinela I” marca un hito en la investigación ambiental en Chile, pero también subraya la necesidad de continuar estudiando y mitigando la contaminación por plásticos. En Chile, la ley REP (Responsabilidad Extendida del Productor) podría desempeñar un papel importante en la reducción de residuos plásticos, ya que responsabiliza a los productores de la gestión de los residuos derivados de la comercialización de sus productos. Considerando que las principales fuentes de microplásticos provienen de envases de consumo desechados, la implementación de esta ley podría contribuir significativamente a reducir la generación de residuos plásticos que son mal gestionados y terminan contaminando el ambiente.

La Dra. Karla Pozo y su equipo han dado un primer paso decisivo para enfrentar la contaminación por microplásticos. El equipo de la Universidad San Sebastián continuará analizando las muestras recolectadas para obtener una comprensión más detallada de la distribución y el impacto de los microplásticos en las costas chilenas. De este modo, este tipo de esfuerzos son fundamentales para diseñar medidas efectivas que protejan nuestros ecosistemas marinos y la biodiversidad que sustentan.

Así, estas primeras observaciones reafirman la importancia de la investigación científica para enfrentar los desafíos ambientales y resaltan la necesidad de acciones coordinadas para proteger nuestros océanos.