En la recuperación y rescate participaron varios trabajadores y jefatura del AIEP Viña del Mar. El ave fue encontrada por alumnos de la Sede Libertad, y de inmediato comenzó su recuperación y rescate.
Como una verdadera “cadenas de favores y de amor” puede describirse lo ocurrido desde el miércoles 2 de Enero cuando Natalia Zenteno, asistente SAE de AIEP Sede Libertad, se enteró por alumnos que una gaviota bebé se había caído de su nido en uno de los patios, y se encontraba herido.
Natalia comenzó a cuidarlo, taparlo del sol, y alimentarlo con atún y agua. Por su parte, Paloma Becerra, asistente de biblioteca cuidaba al polluelo cuando Natalia se ausentaba, tal como lo hacía Cristina González que lo acariciaba muchas veces aún cuando recibiera picotones del polluelo.
Fue así como el jueves 3 contactaron a Camila Gatica, asistente de biblioteca de la Sede Álvarez, y también secretaria de la Fundación GEDA, conocida por su compromiso con todos los animales, quien comenzó a mover su red de contactos para buscar ayuda. Varias veces intentó contactar al SAG , quienes finalmente le señalaron que no tenían móviles y que la especie no era “prioritaria”.
Entonces, representantes de GEDA contacta a la colaboradora María Soledad Cumsille de Concón para que tomara contacto con el Centro de Rescate de la Fauna Silvestre de la Fundación Ñamkú , en el Parque Ecológico El Humedal en Concón.
D
e este modo, coordinan la entrega en custodia para este viernes 4, donde también participan Juan Pablo Vergara, director académico de AIEP, y el guardia Ronald Tiye quienes ayudaron en la “captura controlada” del ave para que Camila junto a María Soledad lo lleven al Centro de Rescate donde permanece ahora con cuidados veterinarios, y donde posteriormente será liberado en su hábitat.
Así concluye la feliz historia de amor por los animales “sin distinción de especies”, y que da esperanzas para que sigamos mejorando como humanos en el trato y convivencia con toda la naturaleza.
