Aunque un grupo de congresistas y el mismo Gobierno buscan prohibir los espectáculos con animales, incluidas las corridas de toros, o al menos regularlos, un senador de Opción Ciudadana, Julio Miguel Guerra Soto, manifestó su total apoyo a la tauromaquia y acusó a los antitaurinos de violentos.
El congresista precisó que “ellos dicen ser gente de paz y lo que vemos en estas corridas es agresión verbal y física con los aficionados, yo fui agredido entrando a una corrida de toros”.
¿Quién es este parlamentario?
Julio Miguel Guerra Soto es hijo del exgobernador de Sucre Julio César Guerra y pertenece a la Comisión Cuarta del Senado de la República.
El senador anunció que presentará un proyecto de ley, en compañía de Luis Emilio Sierra, Musa Besaile y otros congresistas del Centro Democrático, para defender las tradiciones culturales, incluidas las peleas de gallos, las corralejas y el coleo.
Al respecto comentó que “hay una minoría que necesitamos que nos respeten nuestros derechos, es la libre expresión; además yo, que soy de la costa (Atlántica), donde la cultura gallera está arraigada, no puedo llegar a decir que las peleas de gallos se acabaron y no hicimos nada, eso desencadenaría una protesta social; además, es el esparcimiento de muchas de esas regiones”.
En torno a la propuesta de Carlos Fernando Galán que eliminaría cualquier forma de tortura dentro de estas prácticas precisó: “Las corridas de toros son el rito a la muerte, cualquier cambio que se haga acaba automáticamente con la fiesta brava, no veo cuál es el maltrato al animal”, declaró.
El senador Guerra manifestó que esta filosofía que encarnan los pueblos no la van a entender los animalistas, por más de que se les explique, y sentenció que “los aficionados a los toros, al coleo, los gallos y las corralejas son agredidos por los animalistas, los antitaurinos, que son unos antisociales”, y argumentó además que la biblia dice que los seres humanos dominamos a los animales.
Vale la pena recordar que la Corte Constitucional formalizó la declaratoria de inconstitucionalidad de una disposición que exceptuaba de penalización las conductas de rejoneo, coleo, corridas de toros, novilladas, corralejas, becerradas, tientas y peleas de gallos (parágrafo 3° del artículo 339B del Código Penal, adicionado por el artículo 5° de la Ley 1774 del 2016).
Como consecuencia de ello, exhortó al Congreso a legislar sobre la materia en un término máximo de dos años, so pena de que cumplido el plazo tomará fuerza ejecutoria la inexequibilidad declarada.
Fuente: Senado de la República de Colombia
