#MUNDO La lucha de los proteccionistas por poner fin a la exportación de animales vivos al Medio Oriente para el consumo de su carne

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11 de Julio 2019

Hoy en día, pese a que preferentemente se consume y exporta carne procesada y envasada desde sus países de origen a nivel mundial, persiste la exportación de animales vivos o en pie, como se le denomina, al Medio Oriente para procesarlo y sacrificarlo para, de ésta manera, consumir su carne. Comercio que si bien está en retirada, reconocen los expertos, una serie de organizaciones buscan que llegue a su fin por no garantizar el bienestar de los animales transportados.

Una de ellas es la ONG Animals Internacional, que depende de Animals Australia, cuyos representantes visitaron recientemente nuestro país para no sólo visibilizar, sino también, denunciar la crueldad, acusan, que hay detrás de la exportación de animales en pie y el impacto medio ambiental de aquello.

“Es un comercial legal, pero que no cumple con las mínimas condiciones exhibidas  por la Organización Internacional para la Sanidad Animal. Desde la perspectiva latinoamericana, actualmente hay tres países que exportan activamente hacia Oriente medio y los cuales son Brasil, Uruguay y Colombia. El mayor exportador es Brasil, seguido de Uruguay y en último lugar Colombia”, explicó Luis Sarmiento, director para Latinoamérica de la ONG Animals Internacional, respecto al panorama de la exportación de animales en pie.

Bajo este contexto, las nuevas normativas en torno al bienestar animal y el cuidado animal, acota Sarmiento, “ha conllevado que la industria busque países que no conoce la realidad de este comercio, además de tener una legislación más débil o inexistente, para poder aprovisionarse de animales como es el caso de ovejas”, dijo Luis Sarmiento. Cabe señalar que países como Egipto, Turquía, Líbano,  Irak y China son los principales lugares receptores de las exportaciones de animales.

¿Por qué finalizar con la exportación de animales en pie?

A juicio de la veterinaria Lynn Simpson, miembro de la ONG Animals Internacional, “aparte del sufrimiento de los animales, tenemos, también, problemas con las personas que llegan a consumir la carne de los animales transportados. Esto, porque existe la posibilidad de que los animales tengan residuos de medicina de los tratamientos que recibieron durante el viaje realizado. Las personas pueden tener resistencia a los antibióticos y la OMS ha dicho que para el año 2050 más humanos morirán de resistencia a los antibióticos que por enfermedades como cáncer o diabetes”, señaló Simpson al respecto.

Lynn Simpson y Luis Sarmiento, de la ong Animals Internacional

Es importar comentar que una de las problemáticas que surge en lo referente a la exportación de animales en pie, es el rechazo de los animales exportados a causa de la detección de una enfermedad o factores políticos de la nación de destino.

“De acuerdo al conocimiento que tengo, el rechazo de los animales con barcos desde Australia ha sucedido dos veces. Un barco en vez de navegar 17 días, lo hizo 73 días, lo cual causó una alta mortandad de animales, fue uno de los casos más hablados de bienestar animal, finalmente los animales fueron dados a Eritrea, donde Israel les dio un millón de dólares porque nadie quería a esos animales”, comentó la veterinaria Simpson y luego agregó: “otro caso fueron unos animales que fueron rechazados por Bahrein, donde los animales tenían una enfermedad y murieron muchos. Buscaron diferentes gobiernos y finalmente Pakistán los aceptó, pero cuando ya habían recibido a los animales y se enteraron de que antes fueron rechazados, tampoco los quiso y los mandó a sacrificar a todos”, indicó la veterinaria Lynn Simpson.

La cotidianidad de un proceso de exportación de animales en pie 

Al hablar de este tipo de exportación, una de las interrogantes que surge dice relación ¿cómo viven los animales y las personas que los transportan, el día a día en el barco?. Las condiciones de vida en alta mar no son buenas, explicó la veterinaria Simpson que estuvo ligada a dicha actividad por un tiempo.

“Básicamente, el día comienza a las seis de la mañana y la jornada laboral se extiende hasta las seis de la tarde. Son 12 horas seguidas y por norma general, comienzan a recorrer todo el barco mirando las condiciones generales de los animales -si encontramos problemas los vamos manejando, ya sea con medicinas, cirugía y si el animal está demasiado mal se le aplica eutanasia-. Esa es la rutina que se hace, hasta que el viaje termine. Y otra parte del trabajo es hacer los reportes diarios, que mandaba a Australia, en cuanto a las novedades que encontraba con los animales como enfermedades, el control de las temperaturas, etc”, explicó Simpson, al ser consultada respecto al día a día en un barco.

En el caso de los animales que se les practica la eutanasia o fallecen, sus cuerpos son arrojados al mar, lo cual representa no sólo un riesgo sanitario sino, también, acusan los activistas, es una falta de respeto con ese ser que ya murió.

El panorama de la exportación de animales en pie a futuro

De acuerdo a los expertos, el panorama mundial que se observa en cuanto a la temática es una caída continúa de este tipo de exportaciones y dónde día a día las naciones están estableciendo nuevas normativas en lo que respecta al tratamiento de los animales.

En ese sentido, por ejemplo en la Unión Europea, “si  exportan animales en pie , el puerto donde más sale animales es Rumania. Pero, también, exportan Portugal, España, Islandia, Francia y si bien cuentan con condiciones de regulación de bienestar animal, no tiene nada que ver con la parte de regulaciones del transporte de animales en los barcos. Muchos de los barcos que transportan animales desde la Unión Europea, en Australia no se les permite llevar animales por las condiciones tan malas que tienen esos barcos”, precisó Simpson.

Por su parte, Australia ” no ha prohibido ninguna exportación en pie todavía, pero actualmente hay una moratoria de tres meses para no exportar animales en pie hacia el Medio Oriente durante el verano. Esto, porque los animales corren un riesgo grave de morir por estrés, calor, etc”, indicó Sarmiento. Nueva Zelanda solamente exporta animales para reproducción y la India prohibió dicho comercio.

En el continente latinoamericano, Brasil, Uruguay y Colombia, como comentábamos, han exportado una gran cantidad de animales vivos. Chile, en tanto, solamente lo ha hecho en pequeñas cantidades, hasta el momento.

Asimismo, un factor que se debe considerar, al momento de pensar en las tendencias de la exportación de animales vivos, es la antigüedad de la flota que realiza dichas acciones. “Los barcos que transportan animales en pie, es la flota más vieja del mundo y por eso nosotros creemos que para el año entrante, muchos de esos barcos van a dejar de funcionar. De todos los barcos que navegan en el mundo, son 105.000 barcos en total y de los cuales sólo 140 transportan animales en pie”, comentó Simpson al respecto.

¿Qué va a pasar en el mediano plazo respecto a la exportación de los animales vivos?, sólo el tiempo lo dirá. Pero, los activistas señalan que no descansarán hasta lograr el fin de esta actividad por el sufrimiento animal e implicancias socio ambientales negativas que implica.

Producción: Alejandra Miranda y Osvaldo Durán C.