17 de Abril 2020
*Katta Alonso, miembro de Mujeres Zona de Sacrificio en Resistencia Quintero- Puchuncaví, da cuenta en el siguiente testimonio la experiencia de vivir en una zona de sacrificio ambiental. Una realidad que muchas veces olvidamos.
Para los que habitamos y tenemos conciencia de lo que es vivir en una zona de sacrificio, nos parece que la indiferencia, indolencia y negligencia en el actuar de los Ministerios de Salud y Medioambiente, respecto a la grave situación ambiental de Puchuncaví y Quintero, es una irresponsabilidad criminal y una violencia extrema del Estado de Chile, en contra de cada habitante de nuestro territorio.
Al permitir esto, se está violando los DDHH fundamentales a la vida, salud y a vivir en un ambiente libre de contaminación, más aún ahora en pandemia.
Como mujeres estamos especialmente preocupadas por los más vulnerables, que son nuestros niños, embarazadas y adultos mayores. A diario tienen que seguir expuestos a la tabla periódica de metales pesados y
además ahora se suman los cuidados para no contraer el COVID-19, cuyos
síntomas se confunden con las enfermedades respiratorias que la gente de la zona ya tiene, producto de la contaminación.
Aún no perdemos las esperanzas que el Presidente, Sebastián Piñera, cumpla su palabra de acabar con las zonas de sacrificio, tal como lo prometiera en la Asamblea de la ONU 2018 – 2019.
