Lamentablemente el extravío de animales en vuelos se ha transformado en una constante, durante el último tiempo y donde la gatita Dulcinea fue la última afectada. Ella, junto a su humana Ana María Quezada, se trasladó desde Antofagasta a Temuco el pasado 13 de Noviembre a través del vuelo 127 de Latam, no llegando la felina al destino final en una primera instancia; la situación fue denunciada a través de las redes sociales donde, además, se pidió apoyo en su búsqueda.
“Al llegar al aeropuerto de Temuco me llaman por altavoz para informarme que mi gatita no está en la bodega del avión, que no saben que fue de ella en el transbordo en Santiago; que me avisarán si encuentran su jaula… hasta el momento no he tenido respuesta, pésima la entrega de información por parte de LATAM”, explicaba Ana María Quezada en su cuenta personal de Facebook el día en que se extravió la gata Dulcinea.
Cuando el reloj marcaba las 10 de la noche del día del extravío, Ana María recibió un llamado de la empresa LATAM mediante el cual se le indicaba que la gatita había sido encontrada.
“Al llegar a Temuco me dijeron que no sabían dónde estaba, que lo más seguro era que estuviera en el aeropuerto de Santiago, pero no estaban seguros. Esa es la información que me dieron en un principio, que durante la tarde me iban a llamar, pero nunca me contestaron. A eso de las 10 de la noche, me llamó una niña para que reconociera mi maleta, porque además estaba perdida una de mis maletas, y que estaba la jaula con mi gatita, que ambas se habían extraviado en Santiago”, comentó Ana María Quezada, en declaraciones a Mestizos Magazine.
Lo anterior, acotó Quezada, se debió a que en Antofagasta no informaron que en bodega venía un animal en vuelo y el que debía ser reembarcado en Santiago con destino a Temuco.
”Ellos la encontraron en Santiago y la enviaron en el siguiente vuelo, después me llamaron para decirme que estaba en el aeropuerto (Temuco), pregunté si la iba a buscar, pero me la enviaron en un Transfer junto a la maleta perdida. Dulcinea llegó asustada, venía tiesa; ahora está bien, ella es muy juguetona porque es una gatita nueva, recién tiene un año, es muy juguetona”, precisó Ana María.
Dulcinea había viajado en otras ocasiones, pero junto a Ana María. ”Ella ha viajado otras veces, pero arriba. Esta vez, no la pudimos llevar arriba porque no se podía, ya que viajaba con mi guaguita de dos mes y mi hija, LAN me dijo que no se podía porque las políticas no permitían que una niña de seis años se haga cargo de la jaula de transporte, del bolsito, por eso la tuvimos que llevar abajo, no la podía dejar sola en Antofagasta”, indicó Quezada.
En la actualidad Dulcinea está con su familia, mientras Ana María todavía espera disculpas formales de la empresa.
