Esta semana dio la vuelta al mundo la bella y conmovedora imagen de ambas elefantes tomadas de la trompa mientras viajaban separadas hacia el Santuario Mato Grosso de Brasil. Era una experiencia nueva para ellas y seguramente tenían miedo. Madre e hija iniciaban por fin el camino a la libertad, travesía que duró casi cuatro días y medio desde Mendoza hacia el país carioca.
Pocha (65) llevaba 62 años en cautiverio, llegó con sólo 3 años al ex zoo argentino, y Guillermina (23) quien nació en ese lugar, habían vivido siempre rodeadas de cemento sin conocer la naturaleza, en una estresante fosa.
Según relataron algunos medios en Internet, el operativo de viaje fue monitoreado y preparado con mucha anticipación, para asegurarse que las elefantas estuvieran seguras durante todo el trayecto.
“Al camión que las trasladaba lo escoltaron motos de la policía de Mendoza. Este se detenía cada cierto tiempo para que las paquidermas comieran y se hidrataran. Mucha gente se acercó a sacar fotografías. Los dos contenedores iban enfrentados entre sí, lo que les permitió irse mirando la una a la otra para disminuirles el stress”, se lee.
Las gigantes llegaron al Santuario que ya cobija a Mara, Lady, Rana, Bambi y Maia. Y que una vez cuidó de nuestra Ramba, quien alcanzó a estar solo dos meses.
Según informaron en el fans page del refugio, las chicas están poco a poco adaptándose a la libertad. “Todavía no salen del corral porque no están acostumbradas a llevar una vida normal, pero Guillermina se ha atrevido a dar los primeros pasos en reversa para ir saliendo cada vez más lejos. Ambas se mantienen unidas y comen bastante”, escriben.
Aún en el eco parque de Mendoza queda el padre de Guillermina, Tamy, y Kenya, una elefante más viejita, quienes serán preparados para su liberación a fines de este año.
Es de esperar que muy pronto veamos caminando y recorriendo su habitat, esta hermosa familia de elefantes.
