En el día Internacional del Puma: ¿cuáles son los felinos salvajes que viven en Chile y que todos deberíamos conocer?

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En nuestro territorio se encuentra la mayor densidad de Pumas por km2 y también es hogar de los gatos Colocolo, Andino, Güiña y de Geoffroy. Si bien, algunos de ellos pueden parecer similares, lo cierto es que tienen hábitos muy distintos y habitan en geografías diversas del país.

El 30 de agosto se conmemora el Día Internacional del Puma, cuyo territorio se extiende por todo el continente americano, de Chile a Canadá. Sin embargo, con nuestro país, la relación es especial. Además de que su hábitat se extiende de Arica a Magallanes, en Torres del Paine se identificó a la población más densa que existe de esta especie: un estudio realizado por la ONG Panthera publicado el año pasado, determinó que el promedio en esta zona es de 5,1 individuos por 100 km2, mientras en el resto del mundo es 1,8.

Pero el puma no es el único felino salvaje que existe en nuestro país. Los otros son el gato Colocolo (Leopardus colocolo), el gato Andino (Leopardus jacobita), el puma (Puma concolor), gato Güiña (Leopardus guigna) y el gato de Geoffroy (Leopardus geoffroyi), sumando cinco en total. En los últimos años se ha postulado que dos subespecies del gato colocolo (Leopardus c.garleppi y Leopardus c.pajeros) debieran ser consideradas por separado, lo que aumentaría la cifra a siete, pero ese debate no ha sido resuelto por la comunidad científica.

“Nuestra geografía tan diversa permite que diferentes especies de felinos silvestres encuentren en nuestra cordillera, bosques, desiertos y pampas, las condiciones perfectas para su desarrollo, con refugios y recursos que aseguran su bienestar”, explica Dominique Charlin, veterinaria y especialista en biodiversidad de Greenpeace Chile. Sin embargo, a pesar de los beneficios geográficos, el estado de conservación de estas especies está en alerta, en diferentes grados de preocupación y gravedad. Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) el estado de conservación del Puma y el gato Geoffroy es de “Preocupación Menor”, en el caso del gato Colocolo es “Casi Amenazado” y el Guiña “Vulnerable”. El peor escenario se lo lleva el gato Andino, calificado en ‘Peligro de extinción’.

Charlin explica que las amenazas que enfrentan responden principalmente a la pérdida y fragmentación de sus hábitats naturales producto de las actividades minera, agrícola y forestal en el país, “que provoca diversos problemas, como que sus poblaciones queden interrumpidas -lo que dificulta su reproducción y supervivencia-, o que sus presas desaparezcan de los territorios”. Añade que también se pueden ver afectados por condiciones meteorológicas producto de la crisis climática -como los grandes incendios forestales- y por la caza por conflictos con la ganadería. “Los felinos tienen un rol ecosistémico importantísimo al regular las poblaciones de otras especies y debemos velar por su protección”, agrega.

Y ejemplifica que, en el caso del Gato Andino, “se acaba de descubrir la existencia de una nueva población en la Cordillera de Los Andes, en la Región Metropolitana, pero su hábitat se encuentra amenazado por la ampliación del proyecto Los Bronces Integrado”, advierte.

LOS 5 FELINOS SILVESTRES DE CHILE

Acá un detalle de los felinos que se mantienen en condiciones naturales en nuestro país.

Puma: Es reconocido por su gran tamaño. Un macho adulto puede medir más de dos metros y pesar sobre 80 kilos, lo que lo posiciona como el cuarto felino más grande del mundo, detrás del tigre, el león y el jaguar. Es, además, el de más grande de nuestro país. Su pelaje es corto, denso y aunque se le asocia al amarillo, se pueden encontrar ejemplares en tonos grises y pardos. Es tremendamente adaptable a condiciones territoriales y climáticas, de ahí su capacidad para habitar diferentes ecosistemas en el continente, pero prefiere los lugares donde abundan sus presas: le gusta comer aves y otros mamíferos, como roedores y guanacos. Su comportamiento de caza es solitario y utiliza la técnica de la “emboscada”, es decir, aprovecha las condiciones de camuflaje de bosques, vegetación densa y roqueríos, para esconderse y atacar por sorpresa. 

Gato andino. Es el felino más amenazado de América, con una población estimada de 1.378 individuos adultos, según la IUCN, en los cuatro países donde habita: Argentina, Bolivia, Chile y Perú, de ahí que se considere ‘En Peligro de Extinción’.

Tal como explica la Alianza Gato Andino, su pelaje es predominantemente de color gris cenizo con manchas café rojizas-amarillentas que se disponen en forma vertical a ambos lados del cuerpo dando la apariencia de franjas continuas. Se caracteriza por su nariz negra y su cola muy larga (representa entre el 66 y 75% del largo de cabeza y cuerpo), gruesa, cilíndrica, de aspecto felpudo y con 6 a 9 anillos anchos y de color café oscuro a negro. Popularmente denominado el ‘fantasma de los Andes’, sigue hábitos crepusculares y prefiere los terrenos rocosos y escarpados, especialmente las zonas áridas y escasamente vegetadas de los Andes. Recientemente, se dio a conocer la presencia de esta especie en el Santuario de la  Naturaleza Yerba Loca, ratificando su existencia en los Andes centrales: “lo que nos entrega nuevos datos sobre la especie y también responsabilidades de conservación”, reflexiona Charlin.

Gato Colocolo. Este félido puede medir entre 52 y 70 cm de longitud, mientras que su cola mide alrededor de 30 centímetros adicionales. Las principales diferencias con su primo andino, además de su tamaño ligeramente menor, radican en que la punta de su nariz es clara, generalmente rosada, y las líneas horizontales de sus patas delanteras son muy marcadas, mientras que las del gato andino son difusas. Es un animal solitario, de hábitos nocturnos, que pasa bastante tiempo desplazándose en las copas de los árboles. Esta especie presenta variedad en la coloración de su pelaje y en su parte genética, lo que abrió el debate respecto a si su calificación responde a una o tres especies.

Gato Güiña. Sólo es posible encontrar a este pequeño felino en Chile y Argentina. Es un cazador nocturno, de hábitos arborícolas; sus presas son pequeños roedores y marsupiales, aves, insectos e, incluso, pudúes y según su distribución, tiene preferencias por ciertos hábitats: los bosques esclerófilos de las regiones de Valparaíso, Metropolitana y O’Higgins, y en los caducifolios montanos de la Región del Maule. Se asocia también al bosque templado mixto al sur de los Andes y de la cordillera de la Costa, particularmente en el bosque valdiviano hasta los 2500 m.s.n.m. Prefiere áreas con cobertura arbustiva densa, distantes de los caminos, y en los parches de bosque nativo de gran extensión. Es el más pequeño de los felinos salvajes de América: de hecho, su longitud oscila entre los 37 y 51 cm, mientras que su peso es de 2 a 3 kg.

Gato de Geoffroy. Apenas más grande que un gato doméstico, el gato de Geoffroy habita numerosos ecosistemas sudamericanos, pasando por las estepas de los Andes australes, a las pampas y estepas patagónicas, por eso se tienen amplios registros de su presencia en países como Uruguay, Paraguay, Brasil, Bolivia y Argentina. En nuestro país, su presencia es escasa ya que sólo habita en las regiones de Aysén y Magallanes, además de avistamientos en la Región de la Araucanía. Su principal característica son sus manchas negras en todo el cuerpo, junto al color de fondo de su pelaje: hacia el norte es más común un pardo amarillento, mientras que en el sur, su manto es grisáceo. Mide cerca de 60 cm de largo más 35 cm de cola, y su peso es habitualmente de entre 3 y 5 kg. Al igual que otros de sus primos, tiene hábitos crepusculares y nocturnos, y es un buen trepador que descansa en los árboles durante el día. Se alimenta principalmente de pequeños mamíferos (roedores y liebres) y aves, aunque también peces, anfibios y reptiles.