El martes 26 de febrero era un día más de intensa búsqueda para Sophia Vargas y su familia. Recorrían las calles de Coquimbo con la esperanza de encontrar a Lucky, un poodle de aproximadamente 3 años de edad que habían adoptado hacía unos meses tras rescatarlo en precarias condiciones.
Decidieron hacer una pausa en un supermercado de Sindempart. Al mismo tiempo, un hombre y una mujer pasaban por el lugar con un perro sin sujeción y con las características de Lucky. Sophia lo reconoció, incluso llevaba el collar que ella le había puesto. Lo llamó y el can reaccionó abalanzándose hacia donde estaba ella: “(…) Al llamarlo por su nombre saltó hacia mi, estaba desesperado de felicidad”, señaló la joven a EpaNews.
Habían sido diez días de búsqueda que por fin parecían terminar. Sin embargo, la pareja reclamaba que el perro era de ellos e intentaron arrebatar a Lucky. Dado que la situación comenzó a cambiar de tono, la madre de Sophia llamó a carabineros y al llegar éstos, la familia mostró fotos junto al perro y un mensaje enviado al canil municipal de la ciudad, en el cual se indicaba el número de microchip que tenía Lucky. Por su parte, el sujeto insistía en llevarlo a una clínica veterinaria donde pudiesen constatar que el can tenía una fractura de larga data debido a un accidente ocurrido en la ciudad de Copiapó.
Finalmente acudieron todos a una clínica veterinaria donde se confirmó la presencia del chip antes señalado y se descartó que Lucky tuviese algún indicio de fractura como describía el sujeto.
Respecto de la importancia del chip para demostrar que se trataba de Lucky, Sophia comentó: “No teníamos información acerca de los beneficios del chip. Más bien habíamos leído sobre las sanciones que implicaba la Ley de Tenencia Responsable. No obstante, en Petsitter (el centro que nos apoyó con Lucky cuando lo rescatamos), nos comentaron que habría una jornada a bajo costo en donde estarían poniendo chip y vacunando a las mascotas. Ellos nos explicaron que era una forma de acreditar que era nuestro en caso de extravío o robo.”
Sobre la jornada de identificación con chip, Sophia agregó: “Recuerdo que ese día fuimos mi mamá, mi hermana y yo. La espera era eterna, incluso dudamos si esperar o no. Hoy sabemos que fue la mejor decisión que pudimos tomar, ya que gracias a ese respaldo Lucky volvió con nosotros.”
Así lucía Lucky recién rescatado a fines de 2018.
Lucky después de su primera sesión en Petsitter tras ser adoptado, un gran y merecido cambio para él.
Petsitter y su compromiso con la Tenencia Responsable.
En conversación con Danni Arancibia Pangrazzi, propietaria del centro de estética canina, hotel y tienda especializada en artículos para animales de compañía ubicado en La Serena, se refirió a la importancia de atender necesidades que van más allá de los servicios que brindan habitualmente. Esto en la línea de educar e informar a las personas: “Nosotros no contamos con clínica veterinaria, por eso arrendamos el espacio a médicos veterinarios para que hicieran uso del lugar. Para mi es fundamental que se puedan chipear la mayor cantidad de perros, porque de hecho, no aceptamos perritos en el hotel que no tengan su mecanismo de registro formalizado.”
Durante enero y febrero realizaron tres jornadas a bajo costo de implantación de chip, vacunación y desparasitación. Al respecto Danni agrega: “Pusimos 283 chips en total, entre perros y gatos.”
Sobre próximos eventos de este tipo, es algo que están considerando debido a la buena recepción de las personas y el interés demostrado. Así también, esperan contar pronto con un lector de microchips y así poder ayudar al reencuentro de familias como la de Sophia y su fiel compañero perruno.
