¿Cómo ayudar a los animales y no caer en la fatiga por compasión?

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Imagen referencial

Uno de los dilemas que conlleva el trabajo por los animales apunta precisamente a mantener el equilibrio emocional y de esta manera no caer en episodios depresivos con todo lo que implica aquello o padecer la denominada  fatiga por compasión. Propósito nada de fácil considerando el escenario con el cual se interactúa: muchos animales que requieren apoyo, recursos económicos limitados, poca capacidad de armar equipos y egos mal entendidos.

Frente a este escenario, los especialistas hicieron un llamado al auto cuidado pues, a la larga, para poder ayudar a un otro es necesario estar bien.

De acuerdo a la psicológa Carla Mendoza, Coordinadora de la Unidad Clínica del Centro de Psicología Aplicada de la Universidad de Talca, el estar bien “es una inquietud que muchos tienen en sus casas, respecto a ¿qué es estar bien? y ¿qué es estar pleno?. El estar bien significa, de alguna manera, el estar en calma y donde, de alguna u otra manera, poder llevar bien las diferentes áreas de mi vida: laboral, social, familiar y personal; que haya un equilibrio en los diferentes lugares donde me desenvuelvo, algo complejo de alcanzar pues siempre tenemos un área desvalanceada y nos genera el desafío de siempre tender hacia el equilibrio y cuidado de nuestra salud mental. Por lo tanto el estar bien es, a la larga, poder reflejar una tranquilidad emocional”, explicó la especialista en conversación con epanews.cl.

El estar bien implica, acotan los expertos, “estar equilibrados en términos afectivos, emocionales y personales. Eso se va a alcanzar a medida que nos preocupemos de todos, pero también de nosotros. Generarse un tiempo personal en la vorágine del día es resguardar mi salud”, puntualizó Mendoza.

Cabe señalar que la fatiga por compasión es un cuadro clínico mediante el cual la persona experimenta una serie de síntomas a causa de su exposición por largos intervalos de tiempo al sufrimiento de un otro, como puede ser un animal. Algunos de éstos son: irritabilidad, insomnio, sentimientos de agobio, sensaciones de ansiedad y recuerdos intrusivos del quehacer diario asociado a labores de cuidado.

A la larga, pese a las complejidades de la cotidianidad y sus desafíos, la invitación es a mantener una vida en equilibrio, procuprando darse tiempo para uno y sus gustos, tener una red de apoyo y si sientes que ya no puedes más ¡gritar por ayuda a tu cícrculo más cercano ¡.