Naciones Unidas define el concepto de cambio climático [1]como los cambios a largo plazo de las temperaturas y los patrones climáticos; cambios que pueden ser naturales a causa de variaciones en la actividad solar o erupciones volcánicas grandes, pero que, desde el siglo XIX tiene al comportamiento humano como su principal motor, en gran medida, por la quema de combustibles fósiles: carbón, petróleo y gas.
Actualmente el cambio climático tiene un alto impacto sobre las personas y sus diferentes entornos de desarrollo, además de los seres vivos y especies que habitan en nuestro planeta. Cabe enfatizar que el escenario no retrocede; el deterioro medioambiental es progresivo y la única solución es convertirse en agente de cambio.
Pero, ¿cómo se vive la transformación ecológica en el mundo? Veolia, compañía francesa que ofrece servicios medioambientales, junto a la consultora de datos Elabe, publicaron este año el Segundo Barómetro de Transformación Ecológica aplicado en 50 países donde opera la multinacional, incluyendo a Chile. El estudio pretende precisar el debate público en relación al trabajo que se está realizando para mitigar los efectos del cambio climático, identificando de paso los frenos psicológicos, económicos y culturales que probablemente están obstaculizando procesos acertados para la descarbonización, la descontaminación y la regeneración de los recursos.
A nivel local, el informe indica que el 94% de la población chilena está consciente de que el cambio climático está en marcha, mientras que un 74 % se siente expuesto a las consecuencias del fenómeno. En otros datos: 83% piensa que la actividad humana es la principal causa del cambio climático, 81% cree que éste es la mayor amenaza para la salud y un 76% piensa que dicho fenómeno es un peligro especialmente para las personas de menos recursos. Por último, una amplia mayoría de la población está dispuesta a pagar más, apostando a la descarbonización, reciclaje y descontaminación: el 83% dijo estar dispuesto a pagar más por el agua, para eliminar los micro contaminantes; un 79% pagaría más por ciertos alimentos para evitar la contaminación, y un 77% aceptaría un precio mayor por los aparatos electrónicos para garantizar su reciclaje.
La información es sumamente significativa: los chilenos no creen que el cambio climático sea un mito o un invento de las redes sociales o los medios de comunicación; saben que existe y aquello hay que implementarlo en cada proceso o tarea que ayude a avanzar en la transformación ecológica, aunque sea desde nuestro metro cuadrado.