A pesar de las campañas y difusión de la crítica realidad de los elefantes africanos, se rechazó la iniciativa que apuntaba a proteger a la especie traspasándola al apéndice I de la Convención y con lo cual se prohibía el comercio total del animal. La decisión se tomó en el contexto de la 17 a. Convención CITES, que se está celebrando en Johannesburgo.
La iniciativa fue presentada por un bloque de países africanos, pero fue rechazada al no conseguir el dos tercios de los votos necesarios para que se convirtiera en una medida de la Convención CITES. Un total de 62 países votaron a favor, 44 lo hicieron en contra y 12 se abstuvieron.
Cabe señalar que el elefante africano se encuentra actualmente en el Apéndice II de la 
Convención, donde se considera legal la venta internacional tanto de la especie como de sus colmillos. Pero, puntualizan los expertos, el vendedor debe contar con una autorización especial de CITES.
Las dos posturas que se observaron en la sesión, acaecida el día 3 de Octubre, estaban relacionadas con los proteccionistas y los partidarios de su comercialización. En el caso de los primeros, consideran la ilegalización como la alternativa para luchar contra la comercialización y tráfico de la especie y de ésta manera evitar la extinción de la especie. Por su parte, quienes están a favor de que el elefante africano continué en el Apéndice II de la Convención CITES argumentan que los mercados legales es una forma de evitar que la demanda de los elefantes y el marfil no sea satisfecha por los traficantes y, asimismo, comentan que las poblaciones de los elefantes no son reducidas por lo que no hay razón para traspasar a la especie al apéndice I de CITES.
La decisión de la Convención fue rechaza por varios grupos proteccionistas, quienes la calificaron como un verdadero desastre para la supervivencia de la especie.
