El perro quemado por un camarero en pleno centro de la capital, no sólo se ha recuperado completamente de sus graves lesiones, sino que ya ha encontrado una familia y tiene una segunda oportunidad.
El penúltimo día de 2015 ocurrió un hecho que no dejó a nadie indiferente: un perro fue quemado con agua hirviente por un camarero del restaurante capitalino Ají Seco, provocándole graves heridas en el 28% de su cuerpo. De nombre Polaco, el can fue trasladado a la Fundación Stuka, donde se recuperó de sus heridas y donde ha recibido todos los cuidados y atenciones necesarias.
Habían pasado más de tres meses desde que Polaco se encontraba apto para ser adoptado y no se había encontrado a la persona idónea para recibirlo como parte de su familia.
Esto ya quedó en el pasado. Lucía Swiatek, quien, coincidentemente con el nombre del can, es una ciudadana de origen polaco, se enteró por la prensa del caso y sintió afinidad inmediatamente.
Pero se presentó un gran obstáculo: ella y su familia vivían en un departamento, lo que no es aconsejable para un perro lleno de vitalidad y con unas enormes ganas de sociabilizar. Esta situación les jugaba en contra en el proceso de selección del adoptante de Polaco, pero el escenario cambiará en un par de meses, ya que se trasladarán a una casa de amplias dimensiones en la ciudad de Rancagua.
Es por esto que Polaco seguirá en las dependencias de Stuka hasta ese momento en que su nueva familia tenga las mejores condiciones para recibirlo y rodearlo de afecto y cuidados.
Fernanda Solari, Coordinadora General de Stuka, ya había manifestado a EPAnews a principios de año su especial interés en entregarlo en las manos más adecuadas. “Sería una pena muy grande haber invertido tiempo, amor y recursos económicos en él, como para que llegue a una casa y se pierda. Sería lo peor que le podría pasar a Polaco”, enfatiza.
La espera ha valido la pena. La Fundación Stuka se ha encargado de buscar la mejor alternativa para Polaco y lo ha conseguido. En un par de meses su vida cambiará para siempre y quedará atrás todo el dolor y sufrimiento que le fue causado de forma tan bárbara.
Sin duda, ésta una de las historias con final feliz que más ha impactado a la sociedad y deseamos que así sea con muchos más animales.
Fernanda Solari hace un llamado a adoptar a alguno de los 120 perros que se encuentran en la Fundación, para que así se pueda dar atención a tantos otros que lo necesitan. Para adoptar pueden escribir un correo a adopciones@fundacionstuka.cl, con copia a contacto@fundacionstuka.cl. Además, no dejen de visitar el sitio Web de Fundación Stuka, al igual que su página de Facebook y Twitter.
