Preocupación existe en el mundo de la etología clínica frente a una corriente que identifica al churu como una forma de tratamiento conductual para los problemas de comportamiento gatuno, pues solo de esta manera se «está tapando un agujero con más y más comida que en algún momento ya no va a poder más. En algún momento no va a funcionar y es ahí donde me llaman a mi o algún otro colega que se especializa en problemas más severos», expresó al respecto la etóloga clínica Soledad Torres de etologiaclinica.cl, con post grados en el extranjero sobre la materia.
En este sentido, la especialista afirmó que que el churu puede ayudar una o dos veces para instancias como dar fármacos o regalonear, pero si se está ante un problema conductual requiere un estudio mayor con el fin de contar con todos los antecedentes que permitan tomar la mejor decisión y lo cual incluye el desarrollo de exámenes clínicos. Esto último con el propósito de determinar si el dilema es por una causa neurológica u otra externa al animal, o sea, referente al contexto donde está inserto.
Tras aquello, acotó Soledad, «es importante saber que no todo se resuelve con entrenamiento, porque no todos están preparados para aprender. Aprender requiere de una maquinaria compleja y no todos tienen esa maquinaria al 100%: este amiguito no se va a sanar por si solo. El entrenamiento no se trata de comer o distraer. Lo han hecho parecer muy fácil, no se trata de » meter la mugre bajo la alfombra» pues «mientras tú gato come, está sufriendo igual» – es como en los humanos. Los gatos, a veces, pueden comer para evadir situaciones pésimas y no necesariamente porque estén súper «happy» así que no debes confundirte», reflexionó la especialista.