Tal como lo anunció durante la tarde de este lunes, la Fundación Derecho y Defensa Animal interpuso una querella en el 4° Juzgado de Garantía contra Ignacio Tupper, rector del Colegio San Benito de Vitacura, y quienes resulten responsables de los actos de crueldad y maltrato animal sufrido por un burrito que participaba en las actividades de semana santa realizadas al interior del establecimiento educacional.
De acuerdo a lo informado por la entidad, la acción se individualizó contra Tupper pues en su rol de ” encargado de permitir la realización del acto y siendo garante sobre aquello que tenga lugar en las dependencias de su establecimiento, no tomó medida de resguardo alguna ni proporcionó condiciones adecuadas para la seguridad y el bienestar del animal utilizado: primero, el suelo no era el adecuado para sus pezuñas, siendo previsible que en una superficie lisa, un burro pudiera resbalar y caer; segundo, el espacio asignado para la actividad estaba lleno de personas y no contaba con barreras de protección que separaran al público del animal, situación que no le dejaba espacio
suficiente para avanzar con facilidad, enfrentándolo además al estrés de verse rodeado de un número tan elevado de personas; tercero, el espacio por el cual se estableció que el burro avanzara tenía una serie de pilares con los cuales el burro podía chocar, y con uno de los cuales efectivamente se golpeó. Asimismo, el rector TUPPER, omitió también ordenar la detención de la actividad en cuanto se presentaron los primeros indicios de que el burro estaba expuesto a una posible caída y luego de que ésta ocurriera, dando cuenta de un evidente falta de cuidado, pues éste no actuó en pos de mitigar el daño e impedir el arrastre del burro por el patio del establecimiento. Así, el rector TUPPER incurrió en el delito de maltrato animal por omisión al ser garante del bienestar del animal por su posición de autoridad máxima del establecimiento educacional”, precisó la Fundación Derecho y Defensa Animal en la querella patrocinada por el abogado Julio Arenas.
Además la acción judicial va dirigida contra ” la persona que se encontraba montada sobre el lomo del burro, quien ante los indicios de la inminente caída del burro, siguió montado sobre él y no detuvo el avance del animal, influyendo su peso en la caída y en la gravedad
del golpe sufrido por el burro. En tercer lugar, respecto de la persona que llevaba las riendas del burro (quien seguramente es la persona a cargo de la participación del animal en la actividad), quien, primero, accedió a que el burro fuese parte del evento bajo su supervisión pese a las evidentes condiciones desfavorables del sitio de los hechos para su seguridad y bienestar; segundo, no ordenó detener la actividad cuando vio que la caída del animal a su cargo era inminente, ni siquiera ante los gritos de los alumnos y espectadores; y tercero, fue quien, luego del impacto del burro contra el suelo, lo agarró con brusquedad desde las bridas puestas sobre su cabeza, azotándolo contra un pilar, y como si lo anterior no fuera suficiente, finalmente procedió a arrastrarlo por el patio, tirándolo desde su cabeza con
la misma brusquedad”, se acotó en la querella.
A juicio de la fundación, “el golpe que se dio contra el suelo el burro , luego contra el pilar, y finalmente su arrastre por el patio no pudo sino ocasionarle al burro, dolor, sufrimiento y daño, tanto psicológico como físico, tal como lo exige el art. 291 ter del Código Penal para la configuración del delito”, puntualizó la organización.
Es importante consignar que ahora el Juzgado de Garantía deberá pronunciarse en torno a la admisibilidad de la querella presentada y en caso de ser aceptada la acción, la Fundación Derecho y Defensa Animal adquiere la categoría de querellantes en la investigación judicial que ya inició el Ministerio Público a través de la PDI bajo la configuración del delito de maltrato animal.