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¿Qué cuidados debemos tener cuando adoptamos a un cachorro?

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Cuando decidimos adoptar a un cachorro comienza todo un nuevo proceso de transformación en la vida del futuro humano del animal. Cambia la rutina, el orden del espacio, los gastos de la casa y se inicia una etapa de prueba y error en la convivencia con el pequeño peludo.

Debemos tener en cuenta, al minuto que adoptar y tener un animal en casa, que un cachorro, en muchos aspectos, es similar que un bebe humano, pues necesita atención 24/7. Los primeros días es importante tener mucha paciencia, mantenerlo vigilado para que no vaya a romper cosas de la casa y comenzar un proceso de adaptación tanto para el dueño como para la mascota. Otro factor relevante es ser responsables con su salud, realizar correctamente el plan de vacunación y desparasitación, y suministrarle un alimento súper premium para un óptimo crecimiento.

Un perro se considera cachorro, para una raza miniatura a pequeña, hasta los 12 meses de vida.  En las razas de perros tallas grandes a gigantes, hasta los 18 y 24 meses.  Por otra parte, en el caso de los felinos, es hasta el año de vida.

La especialista y veterinaria Ana Monardes, de Gabrica (@somosgabricacl), recomienda, para una adaptación exitosa del cachorro, “dejar un lugar en la casa que sea una zona para el cachorro, en lo ideal donde la familia pase más tiempo junta, que cuente con una cómoda cama, platos de agua y comida acorde a su edad. Respecto de esto último, en lo posible que sea la misma que venía consumiendo antes de la adopción o, en el caso de hacer un cambio en la alimentación, que sea gradual y que dure por lo menos unos 7 días para evitar problemas gastrointestinales.  Una idea para facilitarles la adaptación a los padres de mascotas es contar con un corral y de a poco ir dando más espacio, tener juguetes acordes a su edad y que sean más grandes que su hocico para así evitar que se los traguen. Contar con una zona para defecar y orinar, sacar adornos u objetos del hogar que el cachorro pueda agarrar, tener cuidado con productos tóxicos y con cables, evitar las escaleras (en un inicio), junto con colocarle un collar con identificación”.

Si en el hogar ya hay otros animales, es de vital importancia que estos perritos o gatitos que ya vivían en casa se encuentren vacunados y desparasitados para evitar riesgos, junto con ello hay que mantener al nuevo integrante de la familia apartado por 14 días, es decir haciendo cuarentena. Una vez que ya se cumplan los días requeridos se puede ir juntándolos de a poco, para que cada uno se vayan acostumbrando a la presencia de la otra mascota y que no sea abrupta la presentación.  Cabe destacar, que también la cuarentena implica no sacarlo a pasear, ya que podría incubar algún tipo de patología sin manifestar con claridad signos clínicos.

Asimismo, la profesional Gabrica aconseja, para estar atentos a la salud del cachorro, observar la consistencia de sus fecas, su orina, si presenta secreciones nasales, oculares o algo que le llame la atención. Además, llevar a nuestro nuevo cachorro a un control sano con el médico veterinario, donde el profesional realice un examen clínico completo y se comience con el plan de desparasitación. Después de que pase la cuarentena, ya podemos comenzar con el calendario de vacunación. El médico veterinario es quien debe indicar cómo realizar el cambio de alimentación adecuada e indicar las fechas de vacunación y desparasitación. 

Las primeras vacunas son para reforzar el sistema inmunológico del cachorro. Cuando nacen presentan en su sistema anticuerpos transmitidos por el calostro de la madre, entregando inmunidad para algunas patologías, pero esto cambia rápidamente y van perdiendo estos anticuerpos, por eso es de vital importancia realizar correctamente, como indica el médico veterinario, el plan de vacunas, las que se deben suministrar cada 21 días.

En cuanto a la educación del cachorro y los temas relacionados con enseñar a orinar, Ana Monardes de Gabrica indica que “se debe tener mucha paciencia y dedicación, que sea de forma didáctica, no incluir gritos ni llamadas de atención exageradas, porque el cachorro suele identificarlo como un signo de atención y suele hacerlo de forma repetitiva. Ayudado con atomizadores de conducta, hay que llevarlo al sitio donde uno quiere que defeque y orine, utilizar sabanillas entrenadoras colocándolas en varias partes, en los lugares estratégicos, hasta que la mascota se acostumbre y se vayan delimitando las zonas. Así, el cachorro va a entender que debe hacer sus necesidades solo donde están las sabanillas”.

Si hay niños en la casa, debemos enseñarles que las mascotas son parte de la familia, que se deben cuidar, proteger, que no es un juguete y al igual que un niño humano el cachorro siente dolor si lo tironean. Por ejemplo, educarlos sobre el cuidado del cachorro o hacerlos parte del aprendizaje del peludo, dependiendo de la edad del niño humano, e invitarlo a ser parte de la crianza de la mascota, que se encarguen de darle comida, los horarios de entretención, con su paseo diarios y baños, para cultivar una tenencia responsable desde pequeños donde se preocupen por el bienestar y salud del nuevo integrante de la familia.

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